miércoles, 23 de febrero de 2011

la fragilidad de la vida

Al fin de la semana, la luna llena raptó a la gatita Isis dos días... confieso que pensé que no retornaría a casa y temí mucho por su bienestar. Si alguno recuerda, la gatita Isis está ciega, de ahí mi gran preocupación. Sin embargo, fuerte y mágica cual ella es, apareció no sólo intacta sino que, además, recuperada de una infección nasal que por semanas no había cedido.

El misterio de la vida descubre su fuerza, justo ahí cuando se descubre en su mayor indefensión. Lo cual me recuerda una charla de acoso y hostigamiento laboral a la que asistí en días pasados. En donde pude comprender algunas de mis vivencias. La plática fue por demás calificada y pertinente. Por una parte, me dio una nueva perspectiva sobre mis temores ante confrontar lo que al menos en mi "percepción" fueron los hechos. El año pasado, resumiendo, tuve la mala fortuna de sentirme acosada sexualmente e intimidada personalmente por un compañero de trabajo, de vivir lo que a mi parecer fue una situación de hostigamiento laboral por parte de quien fuera mi jefe inmediato, de decepcionarme de dos buenos amigos porque, de acuerdo con mi criterio, me intimidaron deliberadamente con actitudes y roces incómodos, situación ante la cual quedé enmudecida, perpleja, enojada, lastimada, victimizada y estigmatizada.

Ha sido un largo camino el que mi psique y mis emociones transitaron para liberarse del fantasma de esta "percepción" y hoy al fin pude darles la cara a estas personas y compartirles un poco de lo que significó la forma en que me trataron. Quizá ellos no lo lleguen a reconocer, incluso, casi me convencen de que no se dieron cuenta de lo que pasó. En realidad, eso ya no importa, yo sé cómo sucedieron las cosas y hoy con eso me basta.

Desde otra perspectiva, me llama la atención (recordando un poco la charla sobre el tema) que el discurso sigue estando plasmado de pretextos para ellos que como hombres están sujetos a los hábitos que la cultura ha dejado en la construcción de su masculinidad, por lo que hay que comprender porqué se comportan como lo hacen y de cierto modo eximirlos de la responsabilidad que tienen, a la vez que este mismo discurso reclama de nosotras como mujeres el doble esfuerzo de asumir la responsabilidad de aprender a defendernos de una situación que, de suyo, se acepta como normal. De este modo, el doble y triple esfuerzo recae sobre la mujer, ineludiblemente, en tanto no sólo debe vivir el abuso, y todo lo que ello le pueda implicar, sino que debe comprender que en el fondo no es culpa de quien la abusa sino de la cultura que ha puesto a ambos en dicha situación, además, debe asumir la plena responsabilidad de legitimar que efectivamente fue abusada y entender que se debe defender por sí misma, porque es culpa de su debilidad (aprendida) el haber sido violentada... así que tiene que ser fuerte para que esto no ocurra y encontrar formas de evitar que algún hombre tenga oportunidad para acosarla. Lo cual no deja de sujetar un cierto grado de perversidad. Es decir: todavía falta mucho por hacer para que lleguemos a comprender nuevas formas de convivir entre hombres y mujeres...

En cuanto a mí... el miedo se empieza a diluir, la rabia y la impotencia al fin me abandonan, el profundo sentimiento de injustica que me albergó tantos meses también se escapa silencioso casi sin dejar huella. Se abre un abanico de enseñanzas ante mis ojos y con gran timidez empiezo a querer confiar de nuevo en otras personas. Así, como la gatita Isis, tras el frío de esta larga noche recupero el calor de mi ethos, el cual guarda más fuerza y más bondad que antes de que la angustia que lo atormentó llegara. 

Creo que ante la violencia y los abusos, sólo hay una ventaja que uno puede salvar si logra recuperarse a sí mismo, es la ventaja de una fuerza sembrada de verdad que valiente da la cara a sus más profundos temores y debilidades para aprender y crecer.

Como dice mi padre: si sobrevives... todo sucede. A veces es sólo cuestión de resistir hasta que el sol vuelve a nacer a tu alrededor.


Y tú ... ¿conoces la fuerza de tu fragiliad?

Hasta pronto amigas y fuertes tortugas.



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