domingo, 21 de enero de 2018

los rostros escondidos...

... tras una fotografía.

Una foto es mucho más que el momento que logra captar. En especial antes, en otros tiempos, cuando disfrutábamos del papel para conservar nuestros recuerdos. 

Se guarda en ellas, por ejemplo, una época. Un grupo de personas. La mano que estaba tras el lente. La conversación previa. O el lugar al que fuimos después. La ausencia de quienes no acudieron. Los pensamientos que distraían nuestra mente mientras sonreíamos. La razón por la cual esbozamos una sonrisa de manera natural. El motivo que nos impidió sonreír. La mirada absorta en un otro tiempo. La seriedad. El enojo. La plenitud. El ciclo que concluía. La era que comenzaba a nacer...

La ocasión que festejábamos. La buena noticia que recibimos. La tristeza que escondíamos. Todo lo que desconocíamos acerca del futuro. El inicio de un nuevo tiempo. Una despedida. Un gran reencuentro. El anhelo de preservar la alegría eternamente. La conmemoración de lograr unir lo que estuvo siempre separado. La antesala de lo que no volverá a estar unido. La huella de nuestro crecimiento. El rostro de nuestra infancia. La nostalgia de los días perdidos. El esbozo feliz de los tiempos dichosos... 

Un cielo, una luna, el mar, una iglesia, un atardecer, una montaña, una ventana, una calle, el centro de una ciudad. La vista desde el avión. La naturaleza. Lugares nuevos y sorpresas de vida que esperamos conservar por siempre en nuestra alma. Las fiestas, los viajes, las bodas, los nacimientos, los cumpleaños. Cada navidad y cada fin de año. Un baile. El deporte. El arte. La belleza...

A veces es la foto ausente la que más nos significa. Y, en ocasiones, es quien falta en la foto... la presencia certera en nuestro corazón. 

Reconstruimos el tejido de las distintas etapas de nuestra vida como un mapa a través del cual podemos descifrar quién fuimos, quién quisimos ser... quién seremos mañana. Desde la mirada del presente. Ciertos y seguros de que hemos vivido. Un rompecabezas que también transita nuestras heridas. Una ruta de viaje gracias a la cual sanamos: con el aliento de la luz astral. La interrogante sobre los misterios del tiempo. Los regalos, las promesas y los sueños cumplidos...

La reconciliación con el alma, que fuimos y somos, capturada en ese milagroso momento en que logramos atrapar, por un instante, el devenir de nuestro acontecer en una cajita mágica, en la cual todo permanece vivo. Las presencias que cambiaron nuestra vida y los afectos que nos acompañan. Los albores de todas nuestras vejeces y el espejo de todas nuestras juventudes...


Y tú... ¿decubres el brillo de tu alma en cada una de tus fotografías?


Feliz domingo!!
Y dichosa semana
de sol y sonrisas...
Buenas noches
queridas tortugas mágicas.




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