lunes, 15 de septiembre de 2008

alma árabe

Esta es la historia de una mágica tortuga dadivosa. Esta tortuga se entrega a las causas de participación. Cumple su misión y con fresca inocencia siembra futuro. En una mano trae una rosa y en la otra un abrazo amigo. Juntos empezamos este viaje de políticas públicas, tropezando con las matemáticas, la microeconomía y estremeciéndonos ante la falta de discurso político, social o filosófico. Cada quien a su manera cruzó su meta entero. Y hoy, al ver la vista atrás... hicimos nuestra senda al andar.

Mi querido Enrique... no cambies ni hoy ni mañana, pues quien eres desde ayer hace de este mundo un lugar mejor. Pase lo que pase, no pierdas tu lunar azul.


Y tú ¿quieres conocer un mundo mejor?

Hasta mañana con magia de tortuga...






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