martes, 5 de enero de 2010

sirena

Temerosamente... feliz.

La sirena recibe la luna llena brillando en sus ojos y sonríe feliz cuando la ola de su mar amado la baña de sí. De este modo, conserva la humedad necesaria para esperar que suba la marea, sin dejarse vencer por la tristeza de su soledad.

En esta sincronía, la sirena descubre mucho de sí, desarrolla sus talentos y se fortalece para el futuro. Descubre que nunca estamos lo suficientemente viejos para aprender y madurar. Y que el mar no se agota.


Y tú ¿cómo reconcilias tu tiempo de amor?

Buenas noches mágicas tortugas.

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