sábado, 9 de noviembre de 2019

breves...

... espacios.




A medida que se acorta la distancia entre una actividad y otra descubrimos el continuo transcurrir de ciclos que se cierran uno a uno. Y sin interrupciones la vida transcurre cada día con menos esfuerzo. De esta manera podemos saber que vivimos en unidad con nosotros mismos. Lo cual es el síntoma certero de nuestro bienestar.

Muchas veces vivimos disociados de nosotros mismos. Como una forma de evadirnos de aquello que nos inquieta. Como una forma de sanar dolores acumulados. Como la estrategia para sobrevivir a nuestros traumas. El dolor es un mecanismo que por definición nos divide en dos... Y cuando hemos estado expuestos a situaciones de desamparo algo dentro nuestro se rompe. A veces imperceptiblemente... otras veces ocasionando estragos en nuestra capacidad de ser y sentir: en nuestra capacidad de pensar con claridad.

Recoger los pedazos de nosotros mismos para rearmar nuestro aparato psíquico y volver a unir lo que no debió estar separado es el mejor ejercicio que podemos darnos a nosotros mismos para ser felices. Volviéndonos la misma persona que somos. Enteros. Colocando cada pieza en su lugar y reconciliando cada evento de nuestra vida. Dando a cada sentimiento el lugar que le corresponde. Dialogando con nuestra razón en armonía. Amigándonos con nosotros mismos.


Y tú... ¿vives en continua unidad?


Feliz sábado...
de sol.
Abrazo lleno
... de magia de tortuga.


No hay comentarios: