jueves, 23 de octubre de 2008

vino y luz

Aquel septiembre llegó una mariposa... enorme... oscura... anunciando muerte e infortunios... Ilusa yo que no la obligué a partir... me acompañó cerca de mi cama, al bajar las escaleras ...inamovible en el techo... fue la más grande que nunca ví... perpleja permaneció días en el techo... Y sí, el sol se oscureció para despedir uno de los alientos primordiales de mi alma, hasta ese día, entera (a pesar de todo).

Ayer llegó una mariposa llena de luz e inquieta se acercó... anunciando vida y fortuna... prometiendo que el aliento entero de aquel vino francés que nunca se abrió estaba listo para festejar contigo y sin ti. Vencimos mi vuelo a tu encuentro y nuestro duelo, amado Peli, empieza a dar hermosos frutos que juntos pudimos soñar cuando escaparte por la ventana era quizá... una de tus mayores aventuras. Y sí ... aún te extraño... porque hicimos un trato, trazamos un cuento y la trama se quebró justo cuando nos quedaba todavía la vida por venir... Quedó la incógnita en medio de nuestra extraordinaria amistad. Se sembró en mi corazón este frío que ninguna luz alcanza a calentar. Y tú ... que anhelabas tanto envejecer con pausa ... quedaste encomendado a los dioses de la eterna juventud. Fuiste mi mejor amigo, un buen amor y mi más grande enseñanza. Hoy se cierra tu ausencia y sólo puedo decirte gracias... siempre gracias... Recibo tu mensaje de adiós y me despido al fin. Nuestro plazo se cumplió y es tiempo de volar libres, cada quien a su propio hogar. Quizá exista un sitio en que, algún día, volvamos a brindar...


Y tú ¿cómo quieres despedirte de la muerte?

Hasta mañana... mis muy queridos ángeles y tortugas!!!




No hay comentarios: