viernes, 14 de septiembre de 2012

libertad

Sin embargo... qué es entonces la libertad: si no nos conformamos con la falsa apariencia moderna de su afirmación sin límites.


Ya he dicho que es tiempo y distancia... la libertad es el instante que nos separa del presente al pensar y nos permite elegir hacer y valorar hacer lo que es correcto. Es el sino de nuestra condición humana que nos pone en todos los aprietos. Si no pudiéramos distanciarnos de nuestra inmediatez, simplemente no tendríamos conciencia de nuestros actos y tampoco conciencia de la decisión que implica cada día el despertar a la vida que somos y a la persona que elegimos ser. 



No todas las decisiones son igualmente conscientes, no todas las disyuntivas trascienden en relevancia ni todos los caminos que construimos son el resultado de la voluntad de nuestra libertad. Si bien siempre que hay pausa hay libertad, no siempre que hay libertad hay voluntad. La voluntad encierra la verdad de nuestras decisiones y no todas nuestras decisiones se atreven a la verdad.


La voluntad libre es la sutileza de nuestra bondad y el verdadero rostro de aquella primera libertad que se afirma sin límites y que encuentra contención en el límite de su voluntad, una vez que ésta escucha la realidad como verdad y no como capricho. Entendiendo, incluso los dogmas como caprichos.

Sin tanto enredo: la voluntad es libre cuando escucha la verdad, la libertad es plena cuando comprende esta voluntad y la verdad es el lenguaje de la realidad asequible a nuestra conciencia. 

La verdad nos habla de todo aquello de la realidad que no somos capaces de comprender más allá de nuestro lenguaje; aun cuando tengamos la experiencia de la certeza de lo que las cosas son sin necesidad de pensar en ello, a través de la vivencia de la inmediatez y de las voces que nos acompañan cuando soñamos.

La única forma de asumir la plenitud de nuestra obligada libertad es conciliar su capacidad de actuar con una voluntad capaz de escuchar la verdad. De otro modo nos volvemos serviles esclavos de nuestra propia demencia y esto es lo que yo llamo estupidez...

Que la verdad no fuera aquella que la modernidad combatió al destronar al Dios de la religión, que la verdad no sea aquella esta misma modernidad prometió... no significa que no exista la verdad. Significa, solamente, que hemos fallado en nuestro intento por hacernos de ella.


Y tú ... ¿escuchas la verdad de tu voluntad?



Felices fiestas, mexicanas y guatemaltecas tortugas.
Felices sueños para las tiernas tortugas.





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