miércoles, 3 de junio de 2020

ventanas...

... que se abren.




Sigue lejos el día que podamos abrazarnos y todos al fin encontrarnos. Con sigilo se empiezan a abrir espacios comunes. Con temor. Con incertidumbre. Con esperanza. Esperanza de sentir que cada día estamos más cerca de ver atrás y recordar estos meses como un ciclo cerrado. Por de pronto, seguimos transitando entre fallo y error. Hacia la posibilidad de reconstruir todo lo que se ha roto en el camino. De restaurar todo lo que ya estaba quebrado. De reinventar todo lo que con una sonrisa podemos imaginar. 

En cada quien habita un mago. Un alquimista. Alguien capaz de transmutar sustancias y formas. De crear. La persona dentro nuestro que va levantando pedacitos de oro y plata en el camino para esculpir el trazo de su rostro. De nuestros rostros. El brillo con el cual la mirada escondida en nuestro caparazón se asoma. Tímida. Como si la nombrara un secreto. Como si el mínimo roce no lograse alcanzarla e invitarla a caminar. El sello de la sinceridad. Esa parte de sí que ningún otro rostro puede opacar. 

Conforme crecemos, eso es lo único que nos queda. Los artificios se quiebran. Las mentiras se diluyen en el fuego de la verdad. Y nuestra voz se hace una consigo misma: auténtica.


Y tú... ¿qué forjarás con el polvo mágico de tu mirada?



Fuerte abrazo...
mágicas tortugas.



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