domingo, 31 de mayo de 2020

48...

... años no cumplidos.



Hay almas cuya ausencia nunca es definitiva. La amistad, que una vez enlazó nuestras vidas con quienes hemos amado, no termina al alzar el vuelo. El misterio de la muerte conjuga la presencia y la ausencia. Y en días como hoy... recordamos los bailes, los abrazos, el buen ánimo y toda la comprensión. Para alzar las copas a tu salud.

Esta es la historia de un amigo que hoy no puede acompañar sus propios festejos. La historia de una tortuga hecha de miel. Con cuya dulzura a todos reconfortó. Sumó panes. Sumó vino. Hizo nacer sonrisas. Y nos heredó una familia ampliada que nos comulga en su nombre. 

Y es entonces... cuando el caparazón de la tortuga mágica recuerda que los caminos, que trazan las hendiduras de su piel, fueron desdibujándose como caminos de miel. Que todo aquello que nos arrebata una pieza de nuestro corazón deja en su lugar una resurrección. El nuevo nacimiento de una silueta para nuestra alma. Nos reconstituimos. Nos recreamos gracias a los pedazos que perdemos... precisamente... porque fueron tales pedazos los que nos convirtieron en la persona que somos.

A veces la miel y la magia se visitan, a la luz de la luna... bajo el canto del sol. Para abrazarse y recordar que siguen siendo uno. Que el antes y el después que trazó su historia no fue en vano. Como dos estrellas fugaces en el cielo, sus destinos se volvieron otros sin dejar de brillar al unísono. Y es así como en la memoria: lo ausente se hace siempre presente.

Quienes seguimos en este camino, encontramos el mayor consuelo en el mirar al cielo y sentir el brillo de las estrellas. En el latir del momento fugaz en que vibramos con su destello. Y nos dejamos estremecer por la certeza de todo aquello que es definitivo. A la espera de un nuevo sol.

Otras veces, ya no existe otro sol. Y si bien habrá otros cielos, todos tendrán una sola luz. La luz que logramos encender siguiendo el dulce sonido de nuestro corazón. Nuestra luz propia. Aquel reflejo de todos los sueños que, conjugados, tomaron una sola forma. La silueta del amor verdadero. El antes y el después entre todo lo irrepetible y todo lo destinado a ser. El camino en que los senderos no volverán a abrirse. Y en el cual, sin importar la travesía, ya no hay más puertos que encontrar. 


Y tú... ¿llenas tu luna de miel?


Feliz cumpleaños Peli...
¡Gracias!
Feliz domingo
lleno de magia
y miel de tortuga.





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