Con ternura y fuego. Se despierta en nuestros corazones una afinidad nueva. Suave. Y se acumulan los años... atados a la cintura de cada vuelta del sol.
Y todo se va quedando quieto... a medida que nos movemos más aceleradamente. Estamos dentro, en casa, abrazados de nuestro ser interior; a la vez, cada día más ocupados. Retomando aquello que nos ocupa. Construyendo un nuevo ritmo de vida.
Los días avanzan y se van destejiendo las vivencias e ideas que nos habitan. Cada uno encuentra dentro suyo nuevas razones y caminos para habitar una nueva forma de vivir. A la espera de un futuro que se antoja colmado de colores nuevos. Colores propios de cada quien. Todos empezamos a descubrir nuevas formas de amar.
Crece un nuevo sentido de la celebración. Desdibujamos nuestros rostros a través de nuestro propio espejo. Maravillándonos por la cercanía de una distancia, hoy, impenetrable. Brindamos por poder conservarnos sin olvidar que, cuando llegue el tiempo de salir y recomenzar, todo será mejor...
Mientras tanto... cada quien encuentra una razón para ser feliz: cada día al despertar.
Y tú... ¿descubriste ya las razones de tu nueva felicidad?
Feliz día
de los 47 años...
amigas y siempre
mágicas tortugas.
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