En un breve espacio de silencio nos abrazamos. Nos vamos acostumbrando a dibujarnos a través de una pantalla. Nuestra voz se entrelaza en conversaciones mediadas por alguna tecnología. Nuestro amor aprende a conservarse. Como si descubriésemos la presencia que late en nuestros corazones. Aprendiendo a mirar ahí en donde habíamos olvidado detenernos con más cuidado. Ahí en donde el cuidado es lo importante. La suave y tierna caricia de una palabra sentida. Y por instantes... todo se desvanece a nuestro alrededor devolviéndonos la cercanía. Descubriendo que todo lo que habita nuestra alma siempre está cerca.
Estos son los momentos en los cuales no hay distancia.
Estar separados es sólo una ilusión. Es sólo una mediación que nos permite estar a salvo. Enteros. Cada quien desde su camino puede trazar un sendero común con quienes habitan su vida. Y ésta es la magia de vivir. Puesta ahora de manifiesto con más intensidad que nunca antes. Dándonos cuenta de todo lo que podemos compartir sin siquiera hablar entre nosotros. A veces, estando presentes podemos estar más distantes o separados. La ausencia tiene el don de llenarse de todo aquello que vale. De darle suficiente fuerza a la verdad y de hacer de la realidad un susurro irrefutable. Una voz que nos llena de paz.
Es así como superamos la muerte de nuestros afectos, es así como mantenemos intacta la memoria de nuestros desaparecidos. Con el latido de la huella de lo que su vida sembró en nosotros. Ese resquicio que nadie puede arrancarnos. Ese murmuro que nadie puede callar. Esa certeza inconmovible que le da sentido a todo lo que somos. Sin renuncia. Con entrega. Sin miedo. Con amor. Sin mentira. Con justicia.
Y con justicia es como podemos hacer de estos tiempos que vivimos, y del porvenir, un lugar en el cual todos vivamos mejor. Sin detrimento alguno de nuestro ser libre: en armonía con las certezas de nuestro corazón. Sin otro compromiso que el honesto deseo de dar de nosotros mismos lo mejor para contribuir a nuestra felicidad y la de todos los demás. Manteniendo siempre la fidelidad con nuestras más profundas convicciones.
Y tú... ¿a quién amas a la distancia?
Fuerte abrazo!!!
Que pronto...
nos volvamos a
encontrar.
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