martes, 21 de julio de 2009

ayer y hoy

días de calor... catarsis bronquial... alma exhausta que al fin descansa, sin palabras...

Así se habita la tortuga, enroscada en su caparazón restaurándose para su nuevo vuelo. Por un instante, se implora al fin dormir con profundo descanso al anochecer, despertar con intenso aliento al amanecer... soñar con renacida verdad. Sin meditarlo, descubre que ello es ya su nueva realidad... cierra los ojos serena... y se sumerge en un calmo río, cuya corriente revitaliza su ser. Por este día... sólo necesita acurrucarse y sentir.


Y tú ¿cómo regeneras las nuevas coordenadas de tu caparazón?

Hasta mañana...

que esta luna nueva, acompañada de un eclipse de sol, rebautice el tiempo que se cifra en sus venas de mágicas tortugas y reinvente la melodía del cerebro de la iguana en cada uno de sus ritmos personales, únicos e irrepetibles...

siendo ésta la humanidad que nos caracteriza.



No hay comentarios: