sábado, 27 de octubre de 2018

liderazgo...

... o impunidad. Tiranía o legitimidad... Justicia o venganza. Campaña... o gobierno. #LaConsultaVa



En la última semana vimos cómo difieren las y los ciudadanos entre un aeropuerto u otro, entre si la consulta es o no es legítima, entre si #AMLO es o no es un autoritario, entre si sí o si no... la cosa es diferir sin escuchar... Diferir por el solo hecho de distraer la atención de todo lo que de verdad es importante. Diferir para evitar asumir nuestra responsabilidad ciudadana de tomar postura sin necesidad de diferir con alguien. Tener una opinión propia sin necesidad de estar en contra de otra opinión. Valorar una opción sin necesidad de destruir las otras opciones. Dar paso al nuevo régimen sin necesidad de destruir el presente ni resignificar el pasado. No ser parte del entusiasmo del cambio sin necesidad de hacer de todas las razones de nuestra existencia: derrotar la posibilidad (y la esperanza) de un nuevo régimen. 

Probablemente, ésta es la razón por la que México se resiste, de todas las formas posibles, a ser un país justo y democrático. Porque las personas no somos capaces de asumir nuestros puntos de vista respetando a las demás personas. No se escucha una sola voz, desde ninguna de las trincheras, que sea capaz de estar conforme consigo misma sin otro argumento que su autenticidad. Parece ser que, en México, ser uno mismo tiene que ser de manera indisoluble un acto combativo contra todo lo que no es como cada quien considera que debe ser. ¡Cúanta autonomía nos falta explorar y ganar para nosotros mismos... antes de ser capaces de vivir en democracia!

México tiene mucho que aprender de la palabra respeto. En sentido estricto y categórico. Y renunciar a esa forma banal e hipócrita que prevalece de "respeto al otro"... Ese símbolo de "buena conducta moral". Sólo por fuera. Sólo en la forma. Cuando en el fondo sólo prevalencen las formas más precarias y salvajes de intolerancia... veladas siempre: de "argumentos".

Es sorprendente, y alarmante, que quienes están a favor del proyecto de Texcoco, en vez de comportarse como individuos libres y autónomos, y ser quienes con más ahínco tendrían que abrazar la consulta y votar. Prefieran operar como aparato de grupo, al servicio de intereses corporativos, y traten de deslegitimar la posibilidad de la misma como estrategia para vencer frente a la alternativa de Santa Lucía. Como si se dieran por derrotados de antemano. Como si privilegiaran los intereses de grupo ante su capacidad de ser una voz más entre las demás, en igualdad de condiciones. Sin darse cuenta de que sólo votando podrán cuestionar la legitimidad de la consulta. Sólo ejerciendo su derecho de participación podrían apelar a las irregularidades que tanto tratan de visibilizar. De otro modo, tendrán que resignarse ante el resultado, por haber renunciado a su derecho a voz y a voto. 

Como se dice de forma coloquial: quien calla otorga. Ya que apelando al derecho consuetudinario, no hay forma de poner en tela de juicio el derecho de todos quienes optamos por ejercer nuestro derecho de participación ciudadana. Además, en materia de derechos humanos, basta un solo caso para que el ejercicio, o la violación, de un derecho sea efectivo. Nada sobre lo que se cuestione sobre la "legalidad" de esta consulta puede estar por encima del ejercicio de los derechos humanos, de acuerdo con el principio pro persona garantizado en nuestra Constitución: la protección individual rebasa por mucho, cualquier cuestionamiento de otro orden para privarnos de la ocasión de participar en las decisiones de Estado. 

Nada de esto autoriza a quienes están a favor de Santa Lucía o simpatizan con MORENA a insultos y desdén hacia quienes piensan distinto. Hacia quienes eligen no votar. Hacia quienes optamos por opciones distintas. No hay mayoría que legitime tales maltratos. Ya basta de victimizaciones, es hora de hacer gobierno: es tiempo de dejar optar por el encono, la polarización y la resistencia para trabajar por el país. Y si gana Texcoco, tendrán que apegarse con respeto a los resultados. Sin odio ni desprecio alguno. Estas son las nuevas reglas de nuestro escenario político y debemos aprender a respetarlas. Con vocación autónoma y libre. En el camino, tal vez, todas y todos aprendamos que existen otras formas de convivir entre seres humanos. Y quienes se resisten con tal soltura y banalidad al cambio, deben reflexionar un poco más sobre el sentido profundo de la vida democrática de una sociedad y dejar de jugar un papel de falsos detractores sólo para opacar el hecho de que no son capaces de respetar la diferencia.  

Yo voy a votar por Texcoco y creo que la mejor opción es una solución tripartita: 1. todas las medidas en curso para subsanar las necesidades aeroportuarias en el corto plazo; 2. Santa Lucía (capitales mixtos y privilegiando vuelos de carga) como una solución de mediano plazo en lo que se construye Texcoco, atendiendo a todas las deficiencias en materia ambiental de las que adolece el proyecto original y con perspectiva de desarrollo social para las comunidades afectadas; y 3. Terminar Texcoco (concesión privada) como alternativa óptima de largo plazo.



Y tú... ¿eres libre y autónomo?





MORENA... canción oficial.
Qué manera de quererte... Beatriz Gutiérrez.
el arrepentido... Vives y Melendi.

Feliz fin de semana... lleno de magia democrática de tortuga.
Abrazo!






No hay comentarios: