lunes, 29 de octubre de 2018

violencia de género...

... o prerrogativas masculinas.



A pesar de los consensos, ya de tradición histórica, con respecto a la relevancia y pertinencia de la perspectiva de género... sigue existiendo un debate inconcluso entre quienes defienden a capa y espada que tal perspectiva no es justa para los hombres y que tampoco otorga la libertad necesaria a las mujeres para defenderse por sí mismas. Las debilita... dicen algunos. Así como, otros defienden que el acoso no es violencia, es más bien debilidad de las mujeres al no ser educadas para defenderse por sí mismas. Que los hombres son hombres, biológica y fisiológicamente, y que somos nosotras las únicas responsables de nuestra seguridad. Somos quienes debemos atender a sus necesidades y ayudarlos a no despertar en ellos el instinto de maltratarnos. Finalmente, somos siempre nosotras las responsables de la buena (o "mala") conducta de los hombres. Ya sea porque no los educamos del modo debido, ya sea porque no los comprendemos como ellos necesitan, ya sea porque no prevenimos sus bajas pasiones: propias de su sexo. Ya sea porque no ponemos los límites adecuados para domesticar su conducta. Además, también debemos evolucionar al grado de saber que una violación es traumática si, como mujeres, asumimos que nuestro valor está en la vagina, lo cual contradice nuestras pretensiones libertarias "feministas". Somos nosotras quienes nos objetivamos y somos nosotras quienes nos victimizamos. No es por ser mujeres que estamos expuestas a todo tipo de violencia de género, sólo por el hecho de ser mujeres... No: es porque somos mujeres débiles. Mujeres carentes. Mujeres que nos resistimos a comprender que las necesidades de los hombres, siempre y en cualquier circunstancia, deben considerarse prioritarias. Mujeres que no queremos asumir que la voluntad del hombre es la que vale sin otra condición que la de ser la libertad masculina. Ellos tienen todas las prerrogativas y nosotras... todas las obligaciones. Las mujeres debemos ganarnos el respeto... los hombres merecen ser siempre respetados. Las mujeres debemos someter nuestro deseo al placer del hombre... los hombres merecen siempre satisfacer todos sus deseos: gozando del monopolio de todos los placeres. 

Quizá no es la masculinidad lo que está en cuestión... es la vanidad y el narcisismo, que nutren todo machismo misógeno, lo que nunca se pone en cuestión. Porque a medida que se avanza en la garantía de nuestros derechos... más desprotegidas quedamos ante la posibilidad de hallar un compañero masculino que todavía asuma su condición de género con nobleza, caballerosidad y verdadero respeto a las diferencias sexuales que nos hacen humanamente iguales. Un hombre con la fortaleza suficiente para ser capaz de entregar su corazón por amor. 



Y tú... ¿estás dispuesto a erradicar la violencia de género?



Feliz inicio de semana!!
Tortugas mágicas...



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