domingo, 13 de julio de 2014

la princesa desencantada...

En medio de una tormenta, un grillo dorado salvó los designios de una mujer de plata que dormía bajo el árbol de la verdad. Los truenos la despertaron y, antes de que el agua la ahogara por completo, el canto de este grillo mágico la guió hasta la rama más alta en donde podría esperar a salvo la llegada de la feliz primavera.

Esta mujer, en agradecimiento, le obsequió un sueño mágico para que el grillo descubriera el verdadero amor. Le regaló el sueño de la princesa desencantada. ¿Y cuál es esa princesa? -preguntó el grillo de oro. 

Es la princesa que nunca renunció al verdadero amor, aun cuando supo que no era correspondida, aun cuando descubrió que había sido engañada, ni cuando fue maltratada, cuestionada y juzgada, ni cuando se quedó en soledad, ni cuando fue rechazada o reemplazada... Ni todas las miradas, ni la traición de sus seres más cercanos, ni la injusticia, ni la violencia, ni la locura, ni la perversión, ni el olvido, ni el abuso, pudieron vencer la certeza de su alma en que el amor existe y en que realizaría, tarde o temprano, su más bella historia de vida junto a un verdadero compañero, igual de soñador e íntegro que ella, que confiara tanto como ella y que no tuviera miedo a entregar el corazón de un solo golpe sin perder el tiempo en la rutina del control que todo lo mata. 

Porque mi querido grillo de la suerte... ése es el mejor de todos los amores, el amor desencantado, aquel que se nutre de certezas y verdades, aquel que se vive sin tragedia, que se entrega sin condiciones y se vive sin esperas ni postergaciones, aquel que no concede pretexto alguno, aquel que amanece sin conocer las despedidas, aquel que es fiel sin esfuerzo alguno, el que se alimenta de honestidad y lealtad, de respeto y dulce escucha e impermeable a las voces ajenas. Aquel que no permite que nada ni nadie lo hagan más pequeño de lo que es. El amor que no se avergüenza, ni se oculta. El amor dador de vida y crecimiento. Libre de violencia y de simulacros. Que solo conoce el diálogo y se niega el reproche. El amor de la caricia, la ternura, las palabras suaves, la comprensión, la espontaneidad. El amor real, carnal, vital. El amor expresivo. El amor feliz. En el que no cabe agresión alguna. Cuando lo encuentres solo debes sobrevivir todos tus miedos y ser más fuerte que cualquier terror que descubras en ti... solo debes amar. 


Y tú... ¿vives el amor desencantado?



Un sueño de amor para cada una de ustedes amigas tortuga.

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