domingo, 13 de julio de 2014

tres oscuros complejos...

Érase una vez en un pantano de sal, tres duendes de malos hábitos. Estas pequeñas criaturas habían quedado presas de sus complejos y nunca más volvieron a ver el sol. Atrapados en su pantano se repetían una y otra vez a sí mismos, entre risitas, sonrisas autocomplacientes, vicios, angustias, excesos y desamparos, cuán perfectos eran. Y solo sus falsas hadas los acompañaban, susurrándoles al oído: sí... tienes razón... tienes toda la razón. Alejándolos cada día un poco más de la luz, de la libertad, de la naturaleza vestida de flores y de las aguas que corren cristalinas a través de ríos y mares. La panza les crecía y les crecía, haciéndolos cada día más pequeños.

El primer duende, padecía de egolatría, solo gritaba porque yo, y luego yo y siempre yo... entiendan que solo yo y yo y nada más que yo. ¿Con qué derecho alguien olvida que yo soy todas las bondades?

El segundo duende, padecía de soberbia arrogante, solo pensaba porque tu, y luego tu y siempre tu, entiende, no sabes nada de nada, ni nada de lo que sabes es mejor de lo que yo sé. ¿Con que derecho alguien olvida que yo sé todas verdades?

El tercer duende, padecía de misoginia, solo gritaba, pensaba y actuaba, porque las mujeres, y todas las mujeres y siempre que sean mujeres, no pueden hacer nada por sí mismas, no saben nada, no hacen nada bien. ¿Con qué derecho las mujeres se sienten igualmente libres que yo?

Los tres unidos se convertían en un monstruo sin ojos, que daba pasos sin alcanzar a ver ningún otro horizonte que su propia vanidad. Solo un milagro de sol podría vencerlos, pero ellos no querían ser salvados... preferían deleitarse con la autosatisfacción del dominio, el odio y la perversión.

¿Pero qué les impedía ver la luz? La debilidad cobarde que habitaba en el corazón de cada uno de sus complejos. Esa inseguridad nutrida de falta de voluntad. Ese rostro quebrado al filo del espejo, en el que ya la belleza había perdido todas las batallas. 


Y tú... ¿dejas que tus complejos te aparten de la luz?



Feliz domingo tortugas de sol...





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