miércoles, 22 de noviembre de 2017

el alma...

... y su tristeza.


La dicha inspira nuestras letras y el entusiasmo sobre los acontecimientos de nuestra vida. Es el ánimo que pinta de colores nuestros días. La esperanza de crecer. La fe de vivir. El arte de amar. El suspiro de nuestra sonrisa. El momento en que nuestro corazón se armoniza con la energía que compone la totalidad. La alegría y la risa. La amistad que descubre el brillo en nuestra mirada. El descanso y el deseo de cada amanecer. La confianza en nosotros mismos. La certeza de las presencias de nuestra vida. 

No siempre podemos sentir tales satisfacciones. Hay motivos que nos arrebatan del rincón feliz de nuestro corazón. Eventos que dejan nuestra paz agotada. El llanto se reboza... ocupando las horas del día que transcurren sin sentido alguno. Los rostros se develan ajenos y extraños. 

Las nostalgias de todo lo perdido. La añoranza de añejas ausencias. El abandono de las ilusiones. La debilidad de nuestro cuerpo. El equívoco de nuestro deseo. La ausencia y la decepción. Pruebas de vida que nos recuerdan la adversidad de nuestros caminos. El desamor.

Días en que nos sorprende nuestra fragilidad. En que la realidad se deja ver sin el brillo de los colores del sol. De pronto sin razón alguna... solo la tristeza nos acompaña. Un tiempo en que todo lo que parecía sencillo se vuelve imposible. El instante en que se quiebra nuestro corazón. 


Y tú... ¿cómo consuelas la tristeza de tu alma?


Dulce noche...
mágicas tortugas.



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