sábado, 11 de noviembre de 2017

sueños profundos...

... desde el más acá.


Solemos recibir importantes mensajes mientras soñamos. En lo personal, me gusta dividir mis sueños en distintas clases. 

Están los sueños catárticos... que se nutren de nuestras experiencias de los días recientes y tienen más que ver con lo que estamos viviendo en el momento actual. En la mayoría de los casos, sin otro significado que el de liberar las emociones asociadas a tales acontecimientos. 

A veces, dichos sueños nos revelan circunstancias ocultas en tales vivencias. Nos hacen comprender mensajes que no habíamos comprendido de manera consciente y nos regalan la lucidez para tener un mejor entendimiento de lo que nos significan tales experiencias en nuestros espacios cotidianos y/o afectivos. Como si la información que recibimos durante el día, incluso aquella a la que no prestamos la suficiente atención, se quedara cifrada y, mientras dormimos, tuviéramos la facultad de reconstruir y "deconstruir" el significado de las cosas. Incluso la verdad de éstas. 

Probablemente, este tipo de sueños es el que ocurre cada noche, incluso si no somos capaces de recordarlo al despertar. De ahí quizá la frase... "déjalo dormir y mañana decides..." Definitivamente, al amanecer todo se ve con más claridad. Suele suceder que, justo antes de abrir los ojos, tengamos la respuesta que necesitábamos para una o para otra situación. En donde ya no solo se trata de un sueño catártico sino de un sueño revelador. 

Otras veces, estos mensajes llegan en forma de música, en boca de personas que apreciamos, respetamos y/o extrañamos. Personas ausentes que, de alguna manera, nos llevan en su pensamiento. Seres de nuestro pasado, nuestro presente o de nuestro futuro... Personas que nos aman y/o seres que no nos quieren tanto así... que digamos. Personas que amamos y también seres que no nos agradan del todo o con quienes estamos en medio de un proceso conflictivo de reconocimiento. Rostros desconocidos, olvidados u, otrora, amados. Nuestros familiares también aparecen en tales relatos. Teñidos de la carga afectiva que compone cada una de nuestras relaciones con éstos.  

Hay quienes piensan que tales presencias oníricas son simples proyecciones personales. Coincido con esta interpretación solo en algunos casos. Así como en la vida consciente no todo se trata de nosotros y nuestra estrecha visión de las cosas. Así, también, durante nuestros sueños no se trata solo de nosotros mismos. Se trata, en gran medida, de todo lo que nos trasciende. Ese lugar pequeño en el que descubrimos que somos solo la parte de un universo infinito que se manifiesta mucho más allá de nuestra individualidad. Ese rincón de nuestro corazón en el que se esconden todas las verdades.

Pero existen también los sueños de nuestra imaginación. Los que se alimentan de nuestra ilusión de vivir. De las promesas y los proyectos por cumplir. De nuestros deseos más profundos y celosamente guardados. Nuestros sueños de amor. Nuestros anhelos de vida. Nuestras plegarias y la verdad de nuestra esperanza.

Son tales ensoñaciones las que nutren nuestra vida de sentido y motivaciones. Las que se esconden tras nuestras sonrisas. Las que dan luz a la luna y brillo al  sol. Y, también, son éstas las ilusiones que rompen nuestro corazón en mil pedazos y logran vencer el ánimo de nuestra alma... cuando descubrimos cuán imposible es cumplir con nuestros propios anhelos.

Todo sueño convella en su seno la dialéctica de su imposibilidad y el consuelo de su esperanza. Así como, mientras dormimos... a veces no logramos descrifrar si recibimos noticias felices o el anunciamiento de hechos fatales. Así también, en nuestra vigilia no siempre nos es sencillo distinguir la realidad de la fantasía.


Y tú... ¿descubres tu alma del otro lado de tus sueños?




Feliz noche!!
11:11 
junto con el acercamiento de los planetas... 
nos regalará sueños cumplidos 
y luces de colores en el firmamento. 
Amén.

Gracias pacientes y mágicas tortugas!!!





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