martes, 28 de noviembre de 2017

el corazón...

... y sus misterios.



Muchas veces olvidamos mirar ahí en donde se encuentran nuestros verdaderos motivos. Damos vueltas en círculos concéntricos buscando algo que está dentro nuestro. Eso que se mueve hacia donde nos dirigimos creándose la ilusión de que es algo que está afuera de nosotros. Y se trata de nuestro corazón.

Por momentos, nos volvemos ajenos a nuestro propio corazón. Cuando esto nos ocurre, extraviamos nuestros pasos y se oscurecen nuestros caminos. Nuestras decisiones se vuelven erráticas. Y es como si nos fuéramos vaciando poco a poco de aquello que de verdad somos y de las cosas que en realidad queremos construir. Nos extraviamos de nuestra propia vida.

Y quizá son estas experiencias las que nos devuelven a la vida y nos recuerdan cuánto queda por vivir y cuánto anhelamos alcanzar la plenitud de nuestro presente. No siempre es fácil reencontrarnos con nuestra alma... pero siempre es un misterio que nos llena de fascinación.

Entre las sombras del pasado, nuestra razón se conmociona cuando se resiste a recuperar las certezas del corazón. Y aun, si no fuésemos correspondidos ni comprendidos en este milagro de mirar dentro de uno mismo, siempre vale la pena aventurarnos en el viaje más extraordinario que cualquier ser humano puede experimentar... el descubrimiento de su propio ser.

Es cierto... a veces, se antoja un atajo que compense el vacío de todo lo que ocupa nuestro futuro, en nuestro afán por dotar a nuestro presente de realidad. Pero es en ese espacio, aparentemente sin razones, en el cual se hacen tangibles los verdaderos motivos de nuestra existencia. Y no debemos desdeñar la posibilidad de abrazar el misterio del amor sin temor a perder nuestro corazón.


Y tú... ¿exploras los misterios de tu alma?


Buenas noches
mágicas tortugas.


No hay comentarios: