...despejado.
Hoy amaneció el cielo azul adornado de viento tras semanas de días grises de lluvia y frío. La temporada de lluvia ha sido más estruendosa que en otras ocasiones. Octubre, normalmente, nos regala un aire soleado y un buen respiro para recibir los fríos de invierno. Veamos si este año podremos gozar de un mes despejado de tormentas. Los pronósticos indican lo contrario. Y las humedades van dejando la huella torrencial de toda el agua que hemos sentido y visto caer.
Entrado el último trimestre del año empiezan todo tipo de planes y preparativos. El tiempo, dicen, pasa volando. Los años se acumulan sin percatarnos de la velocidad: inmersos en nuestras ocupaciones. Pronto será un año más. Y no tan pronto pasan tres meses en los que todo puede ser posible, aún. Para quienes guardan esperanzas de cambios y buenas noticias. En medio de todo lo que sabemos impide tiempos mejores más allá de nuestros esfuerzos. Lo importante es cultivar lo propio.
¿Qué enseñanzas nos deja el paso de los días? Es algo muy personal. En definitiva, la balanza de los aprendizajes se guarda en el fuero interno y nos compete como el logro que nos fortalece para el futuro. Esperemos que las lluvias nos hayan colmado de certezas ante la implacable, e impecable, naturaleza. Como una oportunidad para aprender a convivir con ella de maneras más armónicas. Precaviéndonos en tiempos futuros de la indefensión ante eso que llaman cambio climático. Y en aras de ser mejores personas y seres capaces de adaptarnos a los cambios. En aras de nuevos caminos venideros.
Y tú... ¿cómo recibes a octubre?
¡Feliz inicio de mes!
Mágicas tortugas.
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