martes, 24 de junio de 2008

decisiones

A lo largo de nuestra vida vamos escogiendo distintos caminos y formas de vida. Con el tiempo, descubrimos que no se trata de las alternativas sino de aquello que en realidad queremos... pero cómo descubrir lo que se quiere.

La tortuga mágica cuenta que ella le pregunta a su caparazón.

¿Será que en nuestro interior tenemos todas las respuestas? Tal vez sí... sólo que no siempre es el momento de escucharlas o, incluso al saberlas, no siempre es tiempo de verlas hechas realidad. A veces, descubrimos que queremos varias cosas al mismo tiempo y es más dificil decidir lo que sea preciso. También puede ser que nuestra respuesta sea que no sabemos qué queremos, por muy absurdo que parezca. Y hay ocasiones en que el miedo nubla nuestro juicio. Este miedo puede ser simplemente ante la posibilidad libre de elegir, por ello, hay quienes prefieren no conocer sus opciones ni ejercer su voluntad. Delegan, así, la responsabilidad de ser quien quieren ser a alguien más, peor aún, renuncian a sí. O quienes no resisten que los demás a su alrededor sean realmente libres y conscientes de sus posibilidades. En todo caso, la vida humana se debate entre la dimensión desconocida que llamamos libertad y el mundo cifrado por todas sus limitaciones.

De cualquier modo, lo que nos da la posibilidad de elegir es saber que existen opciones. Si no las tuviéramos, qué objeto tendría preguntarnos qué queremos o quiénes queremos ser. Por eso, a medida que la civilización acrecentó sus posibilidades vitales, se incrementó nuestra libertad. Hoy todavía la tía bio y su tetera se debaten al respecto. Algunas preguntas son: Aborto ¿sí o no? ¿por qué? ¿Eutanasia? ¿Eugenesia? ¿Clonación? Medicina genómica ¿cómo y para qué? Medio ambiente: derechos y responsabilidades. Investigación genética vs. autonomía y derechos humanos...


Y tú ¿quieres elegir?

Hasta mañana.


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