domingo, 25 de enero de 2009

un día con el sol de Itario

Esta mañana amanece, mientras el sol de Itario se alimenta de salud y reflexiona sobre los días que alumbra cuando logra ver a la cara a los planetas.

Por ejemplo, el rostro de aquella roca lejana que se cubre de nubes, se apaga de día y aún bajo su luz cierra los ojos. ¿¿Será que uno puede darle la espalda al sol?? Este calor que a veces quema y arde. La cálida mañana que desvanece su luminosidad entre los árboles y acaricia la piel. La paz al atardecer que se despide en colores y tiñe el cielo de rosa. ¿¿Será que uno puede voltearle la cara a la belleza??


Y tú ¿quieres mirar de frente al amor?

Hasta mañana mis queridas tortugas!!!


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