lunes, 19 de enero de 2009

un día más

En el cuello se guardan más cosas de las que podemos imaginar. Anidan miedos, habitan tristezas, se esconden recuerdos, se desgarran angustias, en él, se quiebra el cansancio e incluso se rompe la voluntad. Quizá por ello, también en el cuello se vencen las barreras de la piel, se desvanecen las defensas ante el placer de un beso, se despierta el deseo de la mano de una caricia y, de él, emana la sonrisa del bienestar de amar e incluso la dulzura.


Y tú ¿a quién llevas en tu cuello?

Hasta ayer...


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