lunes, 18 de mayo de 2009

caminar

sin renunciar...

Ante la impaciencia: la mesura... Cuando la espera de uno mismo, de llegar a ser quien estás construyendo cada mañana la despertar, se interrumpe por la debilidad y el caos, por la incertidumbre y lo inesperado, precisamente, cuando parece que el ánimo se agota es el momento en que más de ti debes esperar y, con paciencia, trabajar sin pensar más que en aquello en lo que te concentras. Sumando energía y vitalidad, hasta alcanzar la distancia suficiente para ver los frutos y los resultados hechos realidad.


Y tú ¿te impacientas hasta renunciar?

Buena semana tortugas!! que el sol, la lluvia, el viento y el trueno los colmen de paz ... a la par que dan cabida al trabajo, a la vida y a la magia.

Hasta pronto!

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