jueves, 22 de julio de 2010

migración...

...esperanza, fuerza y fe por hacer de la vida un lugar digno de sí.


Millones de personas habitan transitando hacia un otro lugar, por voluntad propia pierden su hogar o, simplemente, son obligados a ello. Son muchas las razones por las cuales decides partir a refundar tu vida lejos de lo que ha constituido tu patria. Puede ser la guerra, la persecución política, el hambre y las ansias de futuro, o el solo gusto de explorar nuevas fronteras. Puede ser el deseo de huir de una gran decepción o la necesidad de tomar distancia de tus limitaciones, para renovarte y crecer. En cualquier caso, quien decide partir no tiene un camino fácil y quien decide migrar de centroamérica a norteamérica, en condiciones infrahumanas, con la esperanza de una subsistencia más digna para sí y para los suyos, se expone a riesgos injustificables. Estas personas, no sólo exponen su vida a merced de la suerte, además, son víctimas institucionalizadas de poderes fácticos que lucran con la necesidad de los más desamparados, impunemente.


Es doloroso tratar de comprender que, diariamente, viajan cientos de personas en calidad de ganado, que mujeres son violadas para pagar "peaje" e ir arribando, paso a paso, a su destino, niñas y niños robados para ser vendidos y/o explotados sexualmente, hombres asesinados y todos, igualmente, perseguidos por una ley que castiga a la víctima y al débil, porque le es más costoso enfrentar el poder del abuso y de la corrupción. Peor aún, a veces, son los representantes de la ley quienes sacan provecho de esta migración.


Es triste que, cuando se acaba la esperanza, la única ilusión capaz de hacerte juntar un poco de dinero es pagar a delincuentes para que te abusen y, de este modo, "renacer" en el país de los sueños cumplidos. Siendo que, para quedarte y fincar futuro, ves todos los caminos cerrados y no confías en que puedes ganar y aprovechar ese dinero para ti, ya que muchas veces lo juntas de prestado y sólo logras pagarlo una vez que estás del otro lado.

Es indignante que estemos dispuestos a correr riesgos inimaginables en el trayecto porque en casa lo vemos todo perdido. Como si la sola idea de poder ir hacia alguna parte, fuera suficiente para motivarnos a vivir.

¿Será tan difícil poder llegar a alguna parte sin necesidad de recorrer tantos kilómetros?

Quizá alguna parte es la certeza de un proyecto de vida, la paz de cada noche estar segura en casa con quienes amas, la tranquilidad de poder pagar las cuentas y más, la bonanza del ahorro y más, la posibilidad de hacer aquello que estando a tu alcance, por falta de dinero, te es prohibido. Es decir: la libertad.


Y tú ... ¿a dónde quieres migrar?

Saludos con magia de tortuga.





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