... y restauración.
Nuestro cuerpo se sana a sí mismo de muchas maneras. A veces, es cuestión de aprender a escucharlo. Otras veces, no encuentra restauración. La salud tiene sus misterios tanto como sus hechos ineludibles. En nuestras manos está el cuidar de nosotros mismos. Y nunca desdeñarlo. La renovación es de otro orden. De tanto en tanto el ser humano se ve llamado a los cambios, tanto en su persona como en su entorno. Pueden ser pequeños detalles o de gran envergadura. Pueden ser por motivos de fuerza mayor o sólo por gusto. Lo cierto es que incluso en nuestra imagen, o en particular, ponemos atención a tales detalles. En sincronía con el acontecer natural siempre cambiante, en constante nutrición, restauración y renovación.
Al mismo tiempo que se requiere de la estabilidad. La perseverancia constante en preservar el entorno y a nosotros mismos. En un equilibrio de salud tanto física como emocional. La vida siempre es un balance de experiencias y sentimientos. Que nos invita a crecer y nos exige vivir en un aprendizaje constante sobre nosotros mismos y sobre nuestro entorno.
Y tú... ¿descubres el equilibrio de tu existencia?
Buen miércoles
lleno de magia
de tortuga.
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