lunes, 21 de julio de 2025

vacío...

 ...diálogo. [IA]




El solipsismo monológico y tautológico es un síntoma del fenómeno, mal llamado, inteligencia artificial. A la vez que tales pretensiones humanas, ya tan avanzadas en su haber: son un llamado a la automatización humana y un paso más hacia la homogeneidad social. ¿Por qué el poder y los intereses nos piensan siempre a granel? ¿Por qué hay tan poco lugar para el cultivo de la personalidad? En contraposición con la tendencia individualista de una vida virtual que renuncia a la naturaleza... a pasos agigantados. 

Por una parte, las personas se encierran en su propio mundo y sólo buscan autoafirmación a sus creencias y preferencias, volviéndose intolerantes al diálogo. Por otra parte, y al mismo tiempo, todos viven (y opinan) de formas cada vez más similares. Dividiéndose la sociedad en grandes bloques en oposición y disputa por tener la razón. En cuanto a hábitos también se desgaja la cultura entre quienes avanzan al nuevo modo de vida (artificial) y quienes por necesidad con suerte reciben una que otra miga (normalmente de lo que a la vanguardia es ya obsoleto. Es así que el comportamiento humano sufre toda suerte de dicotomías y disociaciones. Por una parte, la nueva vida es en aislamiento. Prácticamente se puede vivir sin salir de casa. Por otra parte, el entramado social se nutre de violencia, incluso en los espacios virtuales. ¿Cuáles son los caminos de la paz?

Hay un descuido de la vida social y de las arenas públicas. Hay enojo, carencias y descontento. Y hay quienes siguen habitando la vida queriendo nutrirse de noble naturaleza y dispuestas a brindar de sí para la vida (en todas sus formas). La vida no es artificial. Apostar por un modo de vida artificial es una forma de morir. No un avance tecnológico.

Esto no quiere decir renunciar a los útiles ni a los instrumentos. Simplemente, no podemos sustituirnos a nosotros mismos. Ni delegar a máquina alguna nuestra posibilidad ética. En resumen: no podemos dejar de ser humanos.

Por eso es tan importante cultivar nuestro carácter hasta el fin de nuestros días y aprender a ser felices de adentro hacia afuera y no con falsas impostaciones, o con dinámicas que enturbian nuestra capacidad lúdica y nuestra facultad de pensamiento: en suma con la enajenación en artefacto alguno. Atrevámonos a mirar hacia adelante. En el pasado no están las respuestas. Con base en todo lo que somos hoy como cultura: ¿cuál sería un camino real de recomposición de tejido social? ... y descubrir nuevas dichas en nuestras arenas sociales. Dándonos el tiempo para vivir no sólo en soledad y dándonos tiempo en soledad para no vivir sólo a merced de algún artefacto. Volvamos a sentir el viento en nuestros rostros y no temamos a la naturaleza de paz que nos da vida cada día al despertar.



Y tú ¿amas la naturaleza?






No hay comentarios: