sábado, 20 de septiembre de 2025

encuentros...

 ...solidarios.



Si lo meditamos con cuidado cada rostro oculta deseos no cumplidos y anhelos por cumplir. Algo roto, algo bien bordado tras algún desgarre del alma, algo invicto siempre victorioso en el carácter. Una carencia y grandes abundancias. Prosperidad y necesidad entrelazadas. La vida es un viaje de dos vías que se abrazan entre sí... colmándonos de alegrías y enseñándonos los caminos de la tristeza. No somos seres acabados. Nos desenvolvemos y reinventamos cada día al despertar. La vida tiene un aspecto que podemos romantizar pero también tiene sus crudas realidades. Y es precisamente en donde la vida también está dotada de distintas precariedades...o necesidades: que la solidaridad cobra el gran valor que nos significa. El no ser indiferentes y ser capaces de tomar acción ante lo que para otra persona le es valioso o necesario. 

La carencia es también un lugar en el cual existe el encuentro entre dos almas. El espacio vacío en el cual dos seres pueden juntos crear una historia de vida compartida. Con base en el respeto y en la solidaridad. En el construir de la mano. Arrimar el hombro con empatía. Ayudar y apoyar. Llevar a cabo obras en conjunto por el bien de quien se encuentra en dificultad. Para sanar carencias de todo tipo.

Los seres humanos podemos sanar en conjunto. La solidaridad es el encuentro con el otro en el cual podemos enfrentar la vida sabiendo que no estamos solos. Es amistad fraterna y también amor profundo. Es sensibilidad ante la vida misma. Es poder sentir, con otro ser, una misma circunstancia. Y actuar en consecuencia. 

Para estos encuentros la sensibilidad es un factor que nos determina como seres humanos. La sensibilidad es mucho más que la empatía. Es el desarrollo de facultades que nos hacen sentir lo que ocurre a nuestro alrededor y lo que sienten otros seres humanos. Sin temor. Porque sentir nos hace vulnerables ante las realidades de la vida. Vencer tal vulnerabilidad es un componente esencial para el encuentro solidario.


Y tú... ¿vives solidariamente? 



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