miércoles, 1 de agosto de 2018

la felicidad...

... en un instante.

Son tantas las ocasiones en que la vida se nos regala solo para ser felices... que, muchas veces, pasamos por alto la intensidad que podemos descubrir en un breve instante. Esos momentos en que el tiempo suspendido de nuestro corazón, a través de la simultaneidad infinita de las dimensiones  temporales y paralelas que trazan nuestra historia vital, se descubre sin disimulo... y nos permitimos sentir la certeza de nuestras verdades. Definitivamente, son estos momentos los que hacen que los esfuerzos de nuestro existir valgan la pena: sin más.

Son experiencias de resolución. Puras. Lúcidas. Hermosas. Únicas. Son espacios en que aprendemos del placer de ser sin necesidad de comprender. En donde la vida nos abraza como si nos regalara de vuelta todo lo que en el camino hemos visto desvanecerse de nuestras manos. Momentos en que sembramos en nosotros mismos la razón de nuestras alegrías. Un pequeño hecho que no cambia nada y, al mismo tiempo, lo transforma todo. Una ofrenda de amor. Un aliento de paz. Un susurro de esperanza. La posibilidad de apropiarnos de nuestras pasiones sin necesidad de atormentarnos. Una caricia y una sonrisa que despiertan nuestra alma. Un halo de futuro que llena de luz los rincones sombríos de nuestro pasado. Y ser dueños de nuestro deseo sin apego a tragedia alguna. Experiencias de libertad.

Uno de esos días en que el amor transmuta del vacío a la completud y se abre paso una mañana renacida. Sin explicaciones. Sin otra razón que ser nombrado. Sin otro motivo que merecer amar.


Y tú... ¿cómo festejas del día mundial de la alegría?


¡Feliz agosto!
Hermosas y mágicas tortugas...
no olviden amar.





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