martes, 18 de junio de 2019

hablemos...

... de amor.


O si se quiere de amar... Pasamos por alto, en ocasiones, la importancia de reflexionar en lo que nos significa el amor. Dejamos de lado, o postergamos para después, la entrega de nuestra alma. La expresión de nuestros sentimientos. La urgencia de nuestro sentir. 

Sin percatarnos de que la vida se vive hoy y que el mañana, así como promete sorpresas, puede desvanecer tales urgencias. O quizá, tal urgencia es la certeza de que lo que sentimos es inalterable. Es así que la serenidad nos habita, llenos de paz y alegría... incluso en medio de la emergencia de la espera. 

Entregarnos es también entregar la posibilidad de conciliar nuestro ritmo con los tiempos de la persona que amamos. En sintonía con el amor verdadero.

Sea cual sea la situación en que cada quien se encuentre, siempre es un buen día para decir: TE AMO. Más si se trata de días de luna llena. No lo olvidemos. Hay tantos amores que componen nuestra vida que nunca está demás recordarnos, y recordarles, cuánto significan para nosotros.

Y si se tratase de una declaración de amor. De esas que se usaban antes. Una declaración romántica. La ofrenda profunda hacia nuestro ser amado. Entonces, para mí sería importante hacerlo al ritmo de la música. Con mensajes entrelazados que significasen mi sentir. Sin embargo, un día como hoy: apelaría a mi propia voz. Y diría algo más o menos así...


...Trato de imaginar los lugares en los que te encuentras y de adivinar qué te retrasa y aparta de nuestro encuentro. Las horas transcurren y todo mi suspirar se ocupa de saber de ti. De verte. De decirte con franqueza lo mucho que te amo. Cada día con más certeza y alegría. Sólo calma me acompaña desde que habitas mi corazón. Sólo esperanza evoca tu nombre. Y me maravillo cada día de ti... de nosotros... de nuestro amor. El presente borra todo pasado. Espero escucharte tanto como anhelo verte cruzar el umbral que te traiga hasta a mí. A ti te pertenece la otra mitad de mi alma como si juntos fuésemos las personas que estamos destinados a ser. Una mágica llama arde entre nosotros cada vez que nos mirarnos a los ojos. Te pienso y te recuerdo. Te sueño y te deseo. Te extraño y te acompaño. Te admiro y me gustas. Te quiero y te amo. Las letras no alcanzan para hacerte saber que cambiaste mi vida para siempre y que de ahora en adelante sólo contigo quiero vivir. Porque vivir es amando y amar es crecer. Quiero crecer de tu mano y poder abrazarte cada amanecer. Hoy sé que eres tú y solo tú quien despierta el aliento de mi corazón. Hoy sé que me perteneces... te pertenezco: porque nos pertenecemos con justicia y libertad. Con verdad. Te seguiría hasta el fin del mundo y te esperaría hasta el fin de los tiempos. Siempre tuya, toda tuya, solo tuya. Hasta la eternidad...

Pero bueno... ésas son las palabras de una filósofa enamorada del amor... irremediablemente romántica.


Y tú... ¿cómo entregas tu amor?


Amen profundamente
queridas y mágicas tortugas.
¡Fuerte abrazo!




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