miércoles, 31 de julio de 2019

aburrimiento...

... sanador.


Hay un tiempo entre la convalecencia y la sanación que se llena de un peculiar aburrimiento. Un espacio entre el ocio y el descanso. Un suspiro entre la rutina y el cansancio. Una sonrisa entre la siesta y el esfuerzo. Breves pausas. Breves pasos.

Oleajes de viento que se intercalan con rayos de sol. Un poco de frío y otro poco de calor entre lectura y lectura. Entre letra y letra. Pensamientos que van y vienen. Música. Oráculos y sentimientos de esperanza. Silencios.

Tales momentos son los que nos regalan también el deleite de la reflexión. El acercarnos a nosotros mismos. Valorar aquello que importa. Regalarnos un nuevo futuro. Nutrir el presente. Redescubrir lo que nos hace bien.

Ese cosquilleo del aburrimiento es como un despertar a algo por llegar. La antesala de los grandes eventos. La anunciación de los planes en ciernes. El regalo de la espera. La rueda de la fortuna que pasa del reposo a la actividad inesperada... en equilibrio con lo que tu vida necesita de ti a cada paso que da.


Y tú... ¿disfrutas la pausa del aburrimiento?



¡Feliz miércoles!
Abrazo lleno de magia...
de tortuga.



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