el gallo qui qui

Una mañana, mientras desayunaban el gallo y la gallina... sólo se oía ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! La gallina, en silencio, pensaba... qué tanto dice este gallo... absorta se deleitaba con un paisaje lleno de bellos magueys... sólo quería mirar y sentir la calma de la naturaleza. El gallo ... ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! hablaba de todo y de nada... decía incoherencias... ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! se enojaba ante el silencio de la gallina. Ella, detenidamente, fijó su vista en la punta de una de las pencas del maguey que contemplaba y pensaba... quién pudo poner ahí un bote de yogurt ... si sólo hubiera tirado en el campo la basura, ya sería suficientemente vergonzoso, pero tomarse la molestia de acomodarlo con tal delicadeza ante la obra de la naturaleza, parecía tratarse de un sinvergüenza perverso... Y sólo se escuchaba ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! gallina!!! por qué no me contestas!! gallina!!! gallina!!! aquí estoy!! yo soy!! mírame! mírame! mírame! ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! ¿Qué quieres de mí? gallina!!! Quiero que mientras yo sigo aquí empollando, vayas y quites esa basura de tan hermoso maguey, eso quiero... sólo eso quiero... Corrió el gallo y en forma expedita cumplió los deseos de la gallina... Ya!! gallina!! ya!! he hecho lo que me has pedido... ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! y ahora gallina ¿qué quieres? ¿qué quieres? Quiero que juntos oigamos al maguey... sólo eso quiero... Por un momento, como hechizo, el gallo respiró...pero...de pronto... ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! ¡¡quíqui-qui!! y, por terco, sin su gallina quedó.

Y tú ¿qué quieres oir?

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Dichoso sábado y dulce atardecer.