Muchas gracias a quienes ya han visitado este espacio y lo empiezan a hacer suyo. Reciban bendiciones por sus pedidos y déjenme contarles esta noche un pequeño cuento.
Érase una vez una tortuga mágica, vivía en Australia, gustaba de la música, las olas y vagar una que otra madrugada. Por las noches esta tortuga meditaba sobre el sentido de la vida, soñaba con la fama y, sin embargo, un día descubrió que no había otro éxito que el vivir siendo ella misma junto a quereres de verdad. Lejos del mundo que conocía, bajo la inspiración de su próxima canción, añoró el cariño de quienes fueron su hogar, recordó sus viajes y pertenencias geográficas, pregúntandose a dónde debía acudir. Y miró dentro de sí, se vio entera ahí donde ya se encontraba, supo con certeza que ese inmenso sentir que la hacía latir con todo lo que era ella, y sus afectos, no se esfumaría a causa de distancias, silencios, infortunios o desencuentros. Con sabia resignación, comprendía que no debía mortificarse por aquello que no estaba en sus manos cambiar, así como valiente tomaba en sus manos el futuro de lo que sí podría reinventar, crear, recrear y amar. Al ritmo de su guitarra, dejó su voz cantar.
Entonces ella me habló y me hizo ver con generosa claridad que es mirando hacia el sol del primer amanecer que libres vivimos y seremos.
Y tú ¿qué quieres que te cuente tu tortuga mágica?
NO OLVIDEN VISITAR LA MAGIA DEL PAY Y LA LUZ DEL SABER... dulces sueños y hasta mañana.
Gracias mi mágica tortuga australiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario