sábado, 19 de abril de 2008

entre sueños

La paloma sabía el secreto del ratón, el misterio del cerebro de la iguana y el tesoro del silencio de amor. Lo que no sabía era porqué la mariposa blanca la escogió a ella. Como si no tuviera escapatoria, le fueron encomendadas, una a una, las labores del alma.

Y la mariposa contestó: es por libre volar que lograste recibirme en tu nido. No te preocupes... paloma... no estarás sola y, junto a tu amiga soledad, podrás seguir recorriendo el planeta de sueños azules, para trazar por los cielos tus mensajes de paz. Tuviste fe y conservaste entera la fuerza y la armonía. Ahora es tiempo de compartir y enseñar. Contar anécdotas sobre los infinitos haces de luz que pueden tornarse en camino vital. Y, con alegría, crecer.

No temas paloma, no temas. No olvides tu habitada serenidad.



Y a ti ¿qué te intriga de tu destino?

Hasta mañana.


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