domingo, 13 de abril de 2008

primera lluvia

de abril... El viento estremeció la noche, los árboles vibran con tal fuerza que se oyen cantar. Su ritual antecede el agua por caer y, de pronto, la lluvia anuncia su regreso. Amanece seco, huele a tenue humedad y los árboles siguen agitando sus ramas como si, por un instante, fueran un mar agradecido al despertar.

¡Quién fuera de tal naturaleza! Le bastara el viento para agradecido sentir, y, con fuerza y arrebato, abrazar el regalo que, una vida, esperó por esta lluvia de abril. ¡Quién fuera tiempo hecho de viento que sin contratiempo no sabe temer!


Y tú ¿quieres sentir el agua al caer?

Hasta manaña.


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