miércoles, 30 de noviembre de 2016

Fidel...

... Castro



Sin duda no es sencillo despedirte. Cuando una persona se diluye en su propia leyenda al punto de ya no poder distinguir dónde empieza él y dónde su leyenda, parece sencillo tratar de poner las cosas en la balanza como si tuviéramos derecho alguno de emitir juicios unilaterales sobre una vida que no hemos sido capaces de afrontar del modo en que el ímpetu de tu carácter nos mostró. 

Es fácil esconderse tras el brillo de tu liderazgo para volverse el cobarde enemigo que no conoce otra senda que la tú mismo marcaste. Cuántas personas han perdido ahora su razón de vivir... Ésas a quienes odiarte, criticarte y desprestigiarte las consumió por completo. Porque quienes en ti confiaron no sentirán tu falta. En vida nos has dado ya el legado que guardaremos en nuestro corazón por siempre. Gracias.


Para mí... será Varadero, el campamento y la ciudad de los pioneros, ese regalo de cielo... una muestra de todo lo que fuiste capaz de construir. Conservaste tu estatura ética incluso cuando la tragedia se volvió inminente. Decadencia que no fue a causa de tu inquebrantable voluntad, fue a causa de la cobardía de las naciones que le cerraron las puertas a la sobrevivencia digna de una isla mágica: solo por haber elegido vivir de un modo diferente. Probablemente porque no ha habido quiénes hayan tenido el valor de construirse a sí mismos con base en utopías y libertad de pensamiento... 

Son inmensas las enseñanzas y también enormes las discrepancias que todavía podríamos discutir. Desde la perspectiva del presente. Estoy convencida de que el futuro no ha sido trazado aún y que serán sueños inimaginados los que logren dar sentido y voluntad a una era consumida en la evasión de todos los placeres y de todas las virtudes. Es decir, un mundo que olvidó el sentido de la belleza. Lo que sí sé es que sin esta Cuba libre que nos brindaste, y sin esta vida tuya que renunciaste, estaríamos todavía mucho más lejos de construir el paraíso con nuestras propias manos.

Gracias por hacernos ver que un mundo diferente fue posible. Uno lleno de conciencia y voluntad. Colmado de esperanzas y fuerte para cumplir sus sueños sociales. Un mundo en que los niños eran libres, escuchados y respetados. Fidel, fuiste un ser extraordinario y la revolución abrió la luz hacia los mundos posibles que no debemos renunciar. Ahora nos corresponde honrar tus virtudes y enmendar tus errores, con profunda admiración.

Un tiempo vacío de futuro... es un tiempo lleno de vida. Es  el tiempo de hacer real el presente. Una manera de tener presente el futuro, de tal modo que cada día se hace realidad de manera cotidiana, es dejar de ver las utopías frente a nosotros, aprender a volverlas realidad en este tiempo, en este día, hoy... sin más disculpas ni más demoras. En eso consiste la verdadera revolución. En comprender que el presente no está al servicio del futuro... un mañana lejano que cada quien sueña acariciar de un modo particular. Atreverse a vivir el presente sin futuro... una mañana intensa y colmada de plenitud en donde todos debemos aprender a compartir y conciliar todos y cada uno de nuestros sueños particulares, sin necesidad de destruirnos unos a otros. 

Un presente sin precio. 



Y tú... ¿cómo te despides de nuestro Comandante?




Descansa en paz.
Gracias siempre.
Un gran abrazo con magia de tortuga pionera...
porque: "pioneros por el comunismo: seremos como el Ché"


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