... de cinco.
La luna nueva en su quinto día asoma con dulzura de la mano de un cielo despejado colmado de estrellas. Y noviembre en su quinta noche se colma de renovación de la mano de quehaceres cumplidos. Y la Filósofa de la Nueva Conciencia a 5 días de cumplir 100 publicaciones de la mano de la Tortuga Mágica... colmada de nuevas ilusiones: traza su historia con la voluntad de la pasión y la inspiración del amor. Y creció al elegir con la certeza del corazón. Porque vivir hace indispensable amar, arriesgar y preguntar. La primera pregunta es a uno mismo. Y tú ... ¿qué quieres saber? (2007)
Hoy quiero compartir que recibí mi primer pago formal tras largos años de encontrar un espacio de trabajo. Lo cual es un motivo de gran festejo para mí. El desempleo impone tantas dificultades y retos. Sólo con optimismo somos capaces de hacer con talante de tales desafíos: oportunidades creativas. Desempleo creativo... lo llamé alguna vez. Sin embargo, siempre es importante el empleo formal. Así que yo levanto mi copa y doy gracias por este gran paso. Un día a la vez: los sueños se cumplen. Y la imagen de la felicidad se desdibuja mucho más de lo previsto y más estrecha que los designios de nuestros deseos profundos. Porque es la única forma posible de hacer realidad aquello con lo que soñamos. Con certeza. Con planes fincados en el principio de realidad. Con hechos sujetos en el margen de las condiciones de posibilidad.
De esta manera: la vida se lee a través de los pequeños detalles que nos conmueven a hacer un sendero y no otro. Al elegir la persona que decidimos construir con nuestro propio destino en el seno de una voluntad sin recovecos ni extravíos. Dando cara a nuestros temores: con valentía. Asumiendo nuestro carácter con orgullo. Trazando con nuestras propias manos el horizontes de nuestros sueños.
Al abrirse los caminos ante nosotros: descubrimos que vivir es amar y que elegir ser uno mismo es mucho más de lo que algún día pudimos llegar a imaginar. Entregarnos a la creatividad sin reparos. Vacíos de nostalgias y dudas. Abiertos al abismo de un futuro impredecible. Llenos de nosotros mismos. Autónomos. Idénticos únicamente a nosotros mismos. Así... aprendemos cada día a vivir del modo que nos corresponde: una vez que nuestras metas cumplidas dan cabida al gran final de nuestras vidas. La meta suprema. El aliento de una vejez cimentada con bases sólidas. Vivir. Ser felices. Alimentar cada mañana de un nuevo anhelo. Una vez que nos reconocemos capaces de hacer aquello que elegimos como nuestro camino. Con bien. Generosamente. Apegados a Dios y a la Ley. Y el único horizonte: el vuelo del sol visto desde la Mar. Con plenitud y certeza. Con bendición y gracia plena. En comunión con la divina trinidad y al amparo de la divina providencia. Aleluya.
Y tú... ¿vives con apego a los dones del Espíritu Santo?
Dulces sueños...
llenos de magia
de tortuga feliz.
¡Hasta mañana!
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