... planetaria.
Queridísimas tortugas... ¿todavía escuchan el canto de la sirena mágica en busca de su estrella? Siento mucho la ausencia de mis letras ¿me recuerdan?... dos meses son ya desde mi tiempo exacto. Meses llenos de eventos estelares, astrológicos, volcánicos y vientos huracanados. Las lluvias van colmando a su paso, con gran devastación, ante la impotencia de una Tierra que no encuentra cabida con paz y digna vida. Suele llamarse cambio climático. Pero más bien parece ser el antagonismo entre las bondades de la naturaleza y un orden humano colmado de irreverencias: es decir falta de criterio ante los ciclos vitales. Quizá lleguemos a aprender mejores artes para con la organicidad y sabiduría de la presencia del orden natural. No por ello no es lamentable el sufrimiento humano ante las catástrofes. Una vida humana vale por sí misma y no hay justificación alguna para su desamparo o vulnerabilidad alguna. Es una ignominia que entre humanos nos devastemos incluso hasta la muerte. Es una tragedia que ante nuestra fragilidad las fuerzas benignas de la vida del planeta nos lastimen por falta de previsión, cuidado, respeto y mejores haceres como comunidad inserta en un ambiente que es mucho más que una casa común. El mundo merece más. La humanidad merece más. La Tierra merece más. ¿Cuándo será el día en que nos ocupemos con responsabilidad de lo que sí es relevante para el curso de la vida en todo su esplendor y belleza? ¿Cuándo será el día en que, en tanto humanos, aprendamos a vivir en paz y con respeto mutuo entre sí?: Aprendamos a vivir en paz con los tiempos de la verdad de la ley natural, con respeto y gratitud por albergarnos con dulzura. ¿Cuándo seremos capaces de construir un mundo humano en armonía con el mundo natural: en donde sólo exista el bien? El tiempo apremia y los grandes liderazgos globalizados no pueden ni con el orden humano ni con el orden natural. Entre humanos: la violencia, la tortura, el oprobio, la guerra, la carencia, la pobreza, la miseria, las injusticias, el crimen y la muerte. Con el orden natural: la devastación, la explotación irracional de recursos, la polución sin límite y el quebranto de querer forzarla a vivir al ritmo de las necesidades de los grandes emporios económicos. La humanidad necesita urgentemente hacer un alto en el camino y replantearse los senderos de la vida en conciliación con la Naturaleza. Porque la naturaleza tiene el dominio de la supervivencia como única razón de existir: y no es capaz de error alguno. Ante ella y su manifestación: somos los pequeños. En tanto tales... nuestra grandeza es aprender a reverenciar sus bondades, descubrir cómo vivir a su manera y al amparo de sus sabios designios. Para la consecución de nuestra felicidad. De la mano de Dios. Con Fe. Preguntarnos ¿qué necesita ella para ser feliz por los siglos de los siglos?... no cómo podemos nosotros abusarla para preservar un breve instante durante nuestra estancia vital: en el cual salvaguardar la ensoñación de superfluas alegrías.
Yo ya recibí mi ejemplar. Soy feliz. Al fin me leí y releí en forma publicada, por primera vez. Me encantó la edición. En mi libro manifiesto, desde el fondo de mi corazón, un poco sobre lo que acabo de reflexionar... y mucho más. Espero se animen a conocer esta otra faceta de la Filósofa de la Nueva Conciencia. Mientras sigo cultivando el deseo de muchos otros libros publicar. Los cuales guardo para mí. Gracias por haber acompañado, los primeros meses del año, tal anhelo y todo lo que me ocupó en los videos para dar vida a una escritora que cual oruga: sueña con ser mariposa... cada día al despertar. Esta Ópera Prima es uno de dichos vuelos de primavera: colmados de sueños cumplidos. Gracias. Ahora reservaré para la Tortuga Mágica y la era videos YouTube: el acontecer vital en la existencia cotidiana de una vida plena. Y así... hilvanar mis letras: tan sólo por amor. Sin otra premura que el sentir acorde con el tiempo del orden natural y de la organicidad de mi cuerpo humano. Este espacio es mi oasis de manantial en el cual se teje la buenaventura de mi soledad. Y sí anhelo, not promises made, que sea diariamente que yo pueda darme este regalo en el cual todo cobra un sentido celestial. Gracias.
Hace casi una eternidad que no me siento con calma en este mi nido de paz... mis letras y la inspiración de una vida en donde todo lo bueno sea posible. No sólo de palabra o letra. No sólo en sueños. Con hechos. Una vida llena de realización. Hoy podré compartirles un poco más que estas letras y un poco menos que lo que a continuación quiero narrar. Para concluir una etapa de mi vida en la que mi acontecer se iluminó sincrónicamente con lo que llamé siempre una de mis más grandes pasiones: la política y la vida pública. Son tiempos de dejar atrás tales momentos. Me siento naciendo a una era apolítica y me refugio con gusto en la filosofía. En dar a mis análisis un otro mirar... desde la búsqueda de la verdad y el amor a la sabiduría. Quizá la falta de empleo conforme a mi formación académica y experiencia profesional me llevó por caminos más fructíferos y desisto de ser parte de una vida pública que va perdiendo sentido ante mis ojos de cara a tanta barbarie, desacierto y ausencia de soluciones para los grandes problemas que nos competen. La frustración y la decepción me hacen entrar en razón con respecto a mi lugar en el mundo: la creatividad. El brindar días felices en medio de tanto horror. Así sea. Y elegí un cierre magistral. Un adiós es un adiós: y no se repite. Porque no es no. Y si un día tocas la puerta del vecino y no te abre: sigue de enfrente... que seguro en tu camino te esperan las puertas abiertas de la felicidad.
Recuerdo durante la campaña de 2018... pasé horas escribiendo largas misivas. Con el propósito de alcanzar un sueño cultivado por 12 años: la tercera fue la vencida. El gran triunfo de todo lo que algún día comulgo la izquierda democrática. Y ahora que ya no quedan días de ése triunfo del ayer... y se abrió el paso a una nueva gestión presidencial: me decido a conmemorar lo que fue para mí, desde el fuero más interno de mí y de mi vida: el sexenio que está a punto de concluir. Es decir: que ya terminó. Sobre el futuro... ya no importa mucho. La vida política suele replicarse a sí misma, sin novedad ni mucha más bondad que el elogio de una narrativa pública que se construye mediáticamente sin necesidad de corresponderse con la realidad. De todos modos: los ciudadanos nunca conocemos la verdad... mucho menos a través de los medios de información. No hay manera de conocer lo que en verdad ocurre. Y para dar cuenta de esto... les voy a contar una, no breve, historia: que no anécdota. Ojalá este relato, que sí será breve, sea lo suficientemente espléndido para el logro del olvido definitivo. De todos modos: hoy es la letra viva y mañana podrá ser la viva voz: de mi felicidad por luchar con ahínco por el anhelo de una vida digna y en paz. Amén.
Cuentan las malas lenguas que una persona, fuera de sus sentidos, pidió audiencia a la puerta del gran Castillo. Llegó en un corcel brillante y se sentó a los pies de la autoridad en espera de encontrar respuesta a su misiva. Un asunto importante debía ser dicho. Lo cierto es que esta valiente doncella llegó entera y en sus cinco, con capa y capucha, sin querer llamar la atención. No quiso ser descortés y brindó su nombre a los comensales que se sumaron ante la puerta: intrigados por tal gallardía. Los guardias, con amabilidad, esperaron también respuesta para saber si había anuencia para esta elegante damisela. Pasaron las horas y, finalmente, tomó su camino: al no poder encontrarse con quien debiese saber de su presencia y estar atento a recibirla. Ella nunca supo porqué no fue atendida su petición. Él nunca sabrá qué era tan importante que debiese hablarse. Al final de cuentas, ella sólo necesitaba un lugar seguro para esperar el nuevo amanecer. Un buen amigo y la certeza de un futuro posible en un mundo que amenazaba con arrebatarle la vida entera: sólo por codicia, envidia y malos haceres de quienes no supiesen guiar ni cumplir la cita pactada...siglos atrás. Los años pasaron y con creces se arremetió contra tal atrevimiento. Ofensas no hechas fuesen saldadas: de modo igual. La escondieron por meses y la pandemia la sorprendió atada a un destino que ya no le pertenecía. Ella todavía se pregunta: a qué se debe tal atentado. Ese día, el de la epifanía: la Catedral prendió en llamas y los amores fueron cantados. La anunciación de la Luz se brindó al mirarse el abismo a sí mismo. Ella vagó por horas, en busca de un buen resguardo. Volvió al Castillo, se presentó nuevamente ante las autoridades, sin nada ocultar... y otra vez le fue negada la entrada. Sin audiencia alguna. Terminó sus pasos pidiendo auxilio en un cruce de caminos: sin comprender el alcance de los villanos que procuraron resguardarle. Sólo un ejemplar funcionario de la fuerza pública trató de darle cobijo y acompañamiento al ver su desesperación y constatar que ella no significaba peligro alguno. Sólo él comprendió que quienes quisiesen encontrarle no quisiesen protegerla. Llegó la noche larga y oscura: y ella no tuvo otra opción que entregarse a las cadenas que procuraron sojuzgarla. Con el paso del tiempo, encontró los caminos de lidiar con tal agravio en paz y con éxito: en el logro de ir recuperando su vida, miga a miga, su libertad y su independencia. En absoluta y radical soledad. Sin faltar por un instante a la confidencialidad que impone saber guardar un secreto. Todo lo demás es historia muerta. Lo único que importa es que ella es quien es y no hizo daño alguno. Sólo cumplió con lo escrito: de manera colosal. Cual piedra indeleble. Y ésta es la verdad de una historia que jamás se quiso contar. Hay misterios a los que no se debe volver a mirar: porque son indescifrables. A Dios.
Y tú... ¿reconoces tu destino épico: o acaso... sueñas con abrir las puertas del cielo?
PD. Sí. Fui yo quien se sentó anta la puerta Mariana pidiendo, con cortesía y buena educación, audiencia con el Presidente de la República. Y no. No padezco de una condición psiquiátrica. Estoy viva, soy honesta y un orgullo para la sociedad que me vio nacer, crecer y cosechar frutos maravillosos de mi esfuerzo y de mi capacidad de soñar y cumplir conmigo misma y con mis convicciones. Abril/2019
Abrazo lleno
de luminosidad otoñal...
bienvenido Noviembre.
Y que la magia de tortuga:
colme sus caminos de Luz.
¡Hasta mañana!
VIDEO DEL DÍA: BELLEZA Y PLENITUD.
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