Una mañana salió la princesa a caminar y encontró una rosa con un pétalo de cada color, su dragón le dijo ¡No princesa, no arranques esa flor! ¿Por qué dragón? ¿por qué no puedo tocar esa bella rosa que se ha cruzado en mi camino como si estuviera destinada para mí? Esa flor, princesa, está llena de secretos ocultos, no es tan bella como parece, te seduce con sus colores para que la tomes en sus manos pero una vez que logras alcanzarla te hiere con sus espinas. Siguieron su camino, de pronto apareció ante los ojos de la princesa una enorme bugambilia color violeta tornasol, su dragón repitió ¡No princesa, no toques ese árbol! ¿Por qué dragón? ¿por qué me impides nuevamente ir al encuentro de esta bella planta que me trajo el camino? Ese árbol, princesa, está lleno de secretos ocultos, no es tan hermoso como tú crees, te seduce con sus flores y por la forma en que abraza todo a su alrededor, pero una vez que logras llegar a él te asfixia con sus hojas. La princesa, resignada, siguió el sendero hasta que al final de su camino encontró un arco de gardenias, de pronto, llegó a ella un maravilloso olor a vida que la elevaba del suelo, la hacía soñar y cantar...y su dragón, lleno de miedo, gritaba ¡No princesa, no huelas las gardenias, no princesa! y ella sólo se dejó flotar y volar...
Una noche... el dragón logró al fin alcanzar a la princesa y la despertó de su sueño de amor... enojado gritaba y gritaba... ¡Ya ves Princesa! ¿ya conociste los secretos ocultos tras el embriago de gardenias? ¿ya viste que te roba de ti? ¿ya viviste cómo al despertar dejaste de volar? ¡Princesa! Ella no respondía... y aturdida de pronto susurró ¿por qué dragón? ¿por qué no dejas que me embriague con la textura de mis sueños? ¿por qué tienes tanto miedo dragón? ¿por qué me robas de mi vida de flores? ¿cuál es tu oculto secreto dragón? hasta que gritó ¡Déjame dormir en los brazos de mi amado! ¡dame al fin descanso dragón! ¡calla! ¡calla y márchate para siempre! ¡adiós dragón, adiós dragón!
De pronto un silencio sepulcral... y la princesa sintió un profundo vacío, un extraño hueco de libertad en el pecho, el llanto la agotó hasta desmayar y, al despertar, brotó en ella su propia flor, una orquídea sin igual que quiso a su amado entregar para siempre entre sueños de gardenias volar...
Y tú ¿escuchas a tu dragón?
Hasta mañana y dulces sueños de gardenias.
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