viernes, 26 de mayo de 2023

descanso...

 ... y reposo.



Termina la semana y llega el respiro en donde se abre nuestra alma para abrazar el fin de semana. Cuando nos relajamos, podemos percibir en calma el ritmo alegre y la fuerza de los días que sostienen nuestro hacer con dicha y paz. Podemos dormir sin pausa. Con verdadera reparación. Dejar de ser vigías de nuestro ser onírico y entregarnos al relato lúcido de nuestra verdad profunda. Aquélla que yace latente en el más puro rincón de nuestra mente. Al despertar sentir la caricia del Sol por la ventana. Y en el transcurrir de la jornada: volvernos uno mismo con el ritmo de la naturaleza. Escuchar el canto de las aves. Sentir la dulzura de la lluvia... el palpar suave del viento: cual aliento sereno. Y sin prisa, diseñar las horas venideras... con el corazón entero y abierto en toda su inmensidad.

Es así como al habitar nuestro hogar... sabemos que no estamos solos. Que la atmósfera que construimos en nuestra cotidianidad se torna propia. A la vez que toma vida de suyo. Entonando las notas y coordenadas que le dan sentido a toda nuestra existencia. Con la certeza de que el amor brota con la intensidad de la vida... cada mañana. Gracias.

La rutina deja de ser esfuerzo cuando asumimos en nuestro hacer el goce de labrar un hábitat como forma de ser. La escritura tiene también sus mieles. Es un oficio que tasa en nuestro haber cada instante como único e inevitable para crear y recrear todo aquello que nos mantiene atentos, todo aquello que nos hace felices, todo aquello que llena de motivos el futuro y todo aquello que colma el presente. Sin detenernos a mirar atrás... mirando de frente todo aquello que en nuestra memoria se traza como un relato que nos pertenece tanto como nos corresponde.

El respiro sin sobresalto es el carácter de un fuero interno en dominio de sí... un hacerse dueño de las circunstancias y elegir no temer. El estar satisfecho con el logro en el ocaso de la tarde. El descubrir con esperanza la luz del amanecer. Sin otro lugar que el del triunfo. Victoriosos aquellos que pueden mirarse al espejo y reconocer en el brillo de sus ojos: plenitud realizada. Amén.

Llega un punto en nuestra travesía vital en el cual sólo deseamos ser acompañados por quienes son testigos de nuestra belleza. Para todo otro sentimiento mal habido... sólo queda el profundo olvido, sin perdón. Pero con justicia. Con perdón. Pero sin vuelta atrás. Cada quien forja en piedra el oprobio de su destino si, en el camino, no reparó en no lastimar y con arrogancia, sin descanso ni límite, eligió una y otra vez dañar lo bello de la naturaleza y la verdad de lo real. Para todos los demás, quienes eligen amar: existe el mar. Eterno oleaje que comulga con el cielo y abre el horizonte hacia senderos infinitos en amor, belleza, bondad y verdad.

El acontecer del mundo... sigue su curso sin percatarse de que hoy es el día para construir una otra manera de ser: sin dolor. Ser felices como forma de vida. Aprender a construir soluciones sin temer más perder la precaria existencia a la que prefieren aferrarse quienes no descubren aún que los milagros no se repiten y que la voz divina no puede jamás redundar. Que el tiempo no se detiene y que el reloj astral es el único equilibrio posible para navegar con bien a través de los surcos de la realidad. A veces, sólo hay ocasión para agradecer y reverenciar: la promesa cumplida de la presencia de Dios. Entregarnos a un destino nada fatal. Abrir nuestra alma y nuestro corazón a una dicha nada mortal. Cual revelación. Y recuerden... sin importar a cuantas manos se toque el piano... él sigue siendo el mismo. Sin importar a cuantas voces se cante: la canción siempre es ella misma.


Y tú... ¿sientes prisa por adelantar tu destino feliz?




Buenas noches y
sereno descanso
mágicas tortugas.


"pendant la éternité"


No hay comentarios: