jueves, 25 de mayo de 2023

legalidad...

... efectiva y/o ¿eficaz?



De cara a la violencia misógina que prevalece en un país como México, la honra política ya cuenta con un blindaje frente a la indolencia con que se abusa de las mujeres: sólo por el hecho de ser hombres. Buenas noticias... sin duda. Ojalá sea un incentivo para reflexionar sobre la forma en que nos relacionamos entre hombres y mujeres. Y no, por el contrario, una nueva motivación para lastimar nuestro feminismo. Es tiempo de aprender a convivir con respeto y en aras de una paz profunda en nuestros espacios más vitales.

Con la novedad de que aminora la edad para ocupar cargos legislativos y puestos de responsabilidad en el poder ejecutivo. Si bien la juventud anhela espacios renovados, también es verdad que es tiempo de que los construya por sí misma: con base en su desarrollo como seres humanos, su madurez, su historia de vida, sus propias utopías, su formación académica y su experiencia profesional. Podrían empezar por descifrar por sí mismos que significa hoy el liderazgo político. No. Una persona a los 18 años no tiene lo que se necesita para decidir el marco jurídico que rige nuestras normas de convivencia. Hay que ser muy ingenuo para pensar que a tan temprana edad se puede asumir tal responsabilidad. Es un abuso y una afrenta a las y los mexicanos. Por no decir una burla. Ya sabemos que la inmadurez priva en el Congreso de la Nación, pero hacer de tal dolencia ¿un derecho?. Creo que siguen sin entender la importancia de su trabajo. Más allá de cuotas, votos, popularidad electoral, etc. Son los más notables quienes deben ocupar tales escaños. Es un privilegio al cual no se debe acceder sin mérito alguno. No es posible que quienes no han construido aún una vida propia: decidan cómo viviremos quienes ya hemos recorrido una verdadera travesía de vida, en particular; o decidan el futuro del país, en general. No, la política no es un juego de niños. Se volvieron locos: ambas cámaras.

En consistencia con mi argumento, seamos honestos: a los 20 años nos estamos interrogando sobre quiénes somos y quiénes queremos ser... sobre cómo atravesar la fuerza de nuestros sueños por cambiarnos a nosotros mismos a la vez que soñamos con un mundo posible. Con base en todo lo que nos parece imposible: sea por carencias de vida... sea por ignorancia sobre la vida o la herencia de la civilización. Y tal idea de mundo es precaria de suyo. Tanto geográficamente como históricamente. Nuestro vocabulario está en pleno desarrollo en aras de alcanzar a comprender conceptos sólidos sobre todo lo que compone el lenguaje más allá de la comunicación. Apenas nos estamos estrenando en el camino de tomar nuestras propias decisiones como personas adultas; y la responsabilidad civil que emana de ellas. Nuestro cerebro está todavía en pleno desarrollo; nuestra vista apenas logra su equilibrio propio, en términos fisiológicos: a los 21 años. Así que por favor... sin necesidad de ley alguna: ¿podemos tomarnos en serio la representación pública? Un representante político es una persona que toma decisiones comunes con base en su propio juicio con la venia de la confianza ciudadana quien deposita su voluntad particular en la posibilidad de construir instituciones que velen por nuestro futuro a la par que cada quien se ocupa de hacerse cargo de su propia vida. ¿Una persona de 18 años es capaz de asumir tal responsabilidad?

Del mismo modo, cuáles son las cualidades intangibles que puede tener un ser humano a los 25 años para estar a cargo de las materias del Estado; con el grado de especificidad requerido, pudiendo ser una persona experta, con capacidad de integración conceptual, liderazgo y un buen horizonte de actores políticos; y, así, asumir la responsabilidad sobre el curso de acción necesario para gobernar el destino de un país. Millones de seres humanos mediante. El cerebro alcanza su punto cúspide de desarrollo a los 30 años. Es decir, ni siquiera se tiene la suficiente capacidad de memoria para sintetizar el contenido analítico de los años de experiencia y formación previamente vividos. Cuando a todas luces vemos que pocas veces alguien de mayor edad estuvo a la altura de las circunstancias. Parece aberrante abaratar aún más nuestro imaginario de la vida pública, de suyo ya bastante  desacreditado. Por no mencionar que, en ambos casos: su herencia ideológica es más bien aprehendida por crianza y/o por enajenación que de motus propio. Una persona que no se conoce a sí misma no es capaz de tener convicciones políticas de alta envergadura. Por mucha pasión de juventud "revolucionaria" que se exprese emocionalmente, se requiere haberse cuestionado a uno mismo, cuestionar todas las convicciones que nos apasionan, aprender de la diferencia y de la complejidad: para entonces saber qué se representa como opción política. Y aspirar a ocupar un lugar de consenso en la vida común que abra camino a otras voces, por identificación.

Basta de asumir los cargos de servicio público como guardería, escuela primaria, taller de capacitación, proceso de formación... El erario público tiene como propósito la ejecución con óptimos resultados: acierto, sensibilidad política, eficiencia, efectividad y eficacia. Sin importar el trayecto de vida que la persona haya podido alcanzar con madurez, dadas las desigualdades que nos comulgan como Nación. Creo que la juventud tiene el reto de ser parte de una generación que necesita esforzase mucho más antes de llegar a sustituir a quienes están prontos y prestos para sí servir a la Patria. Limitaciones históricas mediante.

Buena noticia: la bolsa mexicana puso en su lugar las prioridades económicas ante el forcejeo político que trata de pervertir los propósitos financieros. Ojalá sea así de efectiva para también contribuir a construir un mundo más justo en lo social y equitativo en el ingreso. Al mismo tiempo, es interesante lo sobrado que está el Gobierno para echarse a su bolsillo un banco (siendo que yo tenía entendido que ya existe tal entidad: "Banco del Bienestar; ¿problemas en el paraíso? ¿falta de rentabilidad fiduciaria?, etc.). Mi propuesta al generoso jefe de gabinete es que divida los tres mil millones de dólares que dice le sobran entre la población completa. Nos tocaría, aproximadamente, a 22 milllones por persona. Eso sí que sería sacar a nuestro país de toda pobreza. Y para eso no necesita un banco, con transferencias bancarias sobra y si alguien no posee cuenta bancaria, quizás podría el Bienestar capitalizar mejor su entidad bancaria. Hay que ver... en un país azotado por la inseguridad, el crimen organizado y la escasez de bienes comunes básicos: el loco de Correo Mayor dice que le sobra el dinero y que como que se le antoja comprar un banco para el Estado. "Indispensable"... "sumamente necesario". ¡4t a trabajar!

A la par... Arde el brillo por acertar en el escenario político para el 2024. No comamos ansías, esperemos el resultado de los comicios en curso. Y observemos con más cuidado los pasos certeros de quienes sí quieren construir mejor; en su defecto: no quitemos la vista de los erráticos aspavientos de quienes sólo quieren restaurar el poder por el poder mismo y para sí mismos. Cuando más que restaurar, o transformar, se trata de hacer del poder la herramienta capaz de garantizar el bien común. Garantizar un mundo en el cual todos podamos ser felices y vivir en paz.


Y tú... ¿prefieres comprar acciones bancarias o recibir un usufructo por las dolencias del estado de derecho del último siglo? ¿quieres poder votar por quienes sepan trabajar o te gustaría becar a la prometedora juventud sin que sepa qué significa su trabajo? ... Difíciles decisiones...



Queridas y mágicas
tortugas
no interrumpamos el paso...
el futuro se antoja colmado
de belleza.
Gran jueves de canto...
y encanto.
Amén


"pendant la éternité"



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