domingo, 28 de mayo de 2023

espíritu...

 ... santo.



Domingo de Pentecostés... 50 días desde el domingo de resurrección. Un día para contemplar la bondad y recibir el aliento vivo de la verdad. Esencia y ciencia: comulgan en el corazón de quien cree y con fe se entrega a la vida. 

Día para escombrar rincones. Acomodar lo que debe ocupar el lugar que le corresponde. Sin dejar ni un sólo resquicio para la ausencia. Día también para los preparativos y la anticipación de todo por celebrar. 

Música, canto y baile... de la mano de la escoba que todo lo barre: abriendo camino a las dichas por llegar. El ave extiende sus alas para recordarnos, al volar, el origen del tiempo. La justicia apremia. Al fin.

El brillo renacido da luz y muestra su faz ante quienes quisieron seguir los pasos de la virtud. Con gran aplomo y satisfacción por cada día ganado en aras de la humanidad. Los retazos se hilan dando forma nueva a lo que deja de existir por el uso y, una vez en desuso, poder servir con belleza para que lo inimaginable se vuelva posible. Con esfuerzo y dedicación se cosen y anudan las puntas a un mismo hilo.

A simple vista... todo parece inamovible e intacto ante los ojos. En realidad: la esencia transfigura de maravilla en maravilla. Con extraordinarios designios y con la fuerza del destino escrito. El silencio toma dos rostros... el de la falta y el oprobio (de lo cual nada merece ser dicho) y el de la voz queda e infalible (exenta de toda falta). En el primer caso, quien calla otorga. En el segundo, sólo quien escucha comprende. Con sigilo... disimulo y secrecía. Los velos, que una vez rasgados tan sólo por amor, abren la palabra que merece ser nombrada: en voz alta. Así... aquel honesto silencio, nunca inerte, se torna en pausa y nada debe volver a callar. Afortunados los que de tal sinfonía participan en total armonía con el espíritu de la época que nos consagra a todos por igual... bajo el Sol. Amén.

Al despedir mis 49 años... vividos enteros y confieso: he amado ...me deleito en mi hogar como quien mira la gran obra que fue capaz de construir con sus propias manos. Inmensa gratitud me colma. Si bien la madurez abre el camino para una feliz vejez, tengo la buena fortuna de sentirme llena del ánimo de la primera juventud. Como si pudiese trazar un puente instantáneo entre todo aquello que soñé ser y todo en lo que devino mi vida. A través de un rostro cuya luz sigue intacta. Hoy habito un cuerpo que me recuerda de cuántas maneras transité los caminos de mi estar hasta alcanzar la misma forma que siempre me fue propia. Me siento bendecida por tener salud y estar totalmente reconciliada con mi metabolismo sin reprocharme nada ante el traslucir de los espejos. La soledad es ahora mi fortaleza mayor. En compañía de todo lo que me habita con amor. Sin carencia. Ni dolor. Con alegría. Y sin temor. En equilibrio. Con pasión. Feliz soy. GRACIAS.

Por lo demás... nos espera una nueva semana. La última del mes, la primera de un nuevo mes.... y la luna llena que se dejará ver el próximo domingo. Como un antes y un después...


Y  tú... ¿eres libre?



Hasta mañana...
amadas y mágicas
tortugas.
GRACIAS.




"pendant la éternité"
 


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