miércoles, 6 de agosto de 2025

artefacto...

 ...inteligible.



Que el entendimiento humano comprenda un algoritmo no vuelve al algoritmo inteligente. Existe un abismo desde las primeras computadoras hasta lo que hoy se conoce como inteligencia artificial. En cualquier caso, la computación es un instrumento mediático. Requiere muchas mediaciones para volverse tangible y ofrecerse al usuario como un producto autónomo y terminado. Y se convierte en un medio entre los seres humanos. Como tal, es susceptible de ser una herramienta de manipulación. O, al menos, de vulnerabilidad. Por no mencionar que la información es asimétrica entre los seres en relación en torno a la inteligencia artificial. 

Hoy el ser humano privilegia la información frente al conocimiento producto del razonamiento y de la reflexión. Una cosa es reflexionar, debatir y dialogar acerca de lo que se sabe y conoce. Otra es tener opiniones reflexivas acerca de la información que adquirimos, por fuentes diversas. E, incluso, debatir al respecto. Por otra parte, así como se sustituye el conocimiento con información. Se sustituye la presencia humana con inteligibilidad virtual.

¿Cuál es el problema?  

El problema no es si la información tiene virtudes. De todos es conocido que sí y que es fundamental para toda comunicación y hacer humano. Tampoco me referiré al impacto en la población por todas las personas cuyo saber es sustituido y desplazado dando pie no sólo al desempleo sino, con mayores riesgos, a la vacuidad vital. Todos necesitamos tener un lugar social. El problema, a no perder de vista, es no confundir el medio con el objeto. La inteligencia artificial es un objeto como tal: es un medio y sólo eso. No es un objeto en sí mismo. Es un útil a disposición humana y creado por el ser humano. Lo que ocurre es, hoy en día, en vez de que dos personas se comuniquen directamente, incluso en un chat, las personas se comunican a través de intermediarios con base en una tecnología informática. Binaria y/o algorítmica. Creada por personas. El proceso de aprendizaje a estas nuevas formas de lenguaje no puede ser en detrimento de la vida humana, de las garantías sociales y el ejercicio de todos los derechos. Aquí los riesgos de vulnerabilidad. La tecnología artificial no tiene vida propia ni siquiera si se vuelve inteligible ante la comprensión de la mente humana. Y se automatiza de tal forma que parece obviamos la necesidad de trabajar con nuestras propias manos como fuente indispensable de nuestra naturaleza humana.

Concentrar todo el lenguaje que dota de comunicación a los seres humano... al trabajo de los informáticos: nos resta autonomía. De la alfabetización (gran logro de la cultura) a la obligatoriedad de vivir y pensar en nuestras tareas cotidianas, como lo prescribe la inteligencia artificial, hay un error. Atenta contra nuestra libertad. Cada ser humano tiene una forma precisa en sus procesos de pensamiento y no se nos puede obligar a pensar del mismo modo o a razonar de forma homogénea, al unísono. Es una aberración para nuestras mentes. Es una nueva forma de mecanización de la vida humana. Todas de suyo fracasadas y todas con un impacto ambiental que no hemos podido revertir. ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Por qué nos es tan fundamental la inteligencia artificial? ¿Cómo se garantiza que todos los seres humanos, sin discriminación, accedan a ella? ¿Qué significa hoy lo común?


Y tú... ¿amas la libertad?





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