... y precisión.
Tras días de incesante avance llegan horas de precisión en donde se instauran nuevos comienzos. Como cuando se cierran ciclos y etapas vitales. Breves pausas. Cuando no se necesita más que de un par de palabras: momentos de resolución. Cuando la expresión es un latir del corazón. Instantes en los cuales concluyen las interrogaciones. Para dar paso a las nuevas preguntas. Palabras sucintas para abrir cabida a los relatos por venir. Pausas de futuro. Justo ahí en donde se instauran las épocas por nacer.
La precisión requiere pausa, atención y cuidado. Es un arte. Es mucho más que silencio. Son los tiempos justos para recuperar la respiración. Tomar nuevo aire. Mirar con detalle el trabajo realizado y continuar las labores.
Les cuento queridas tortugas que mis textos avanzan a este ritmo armónico y descubro espacios de concentración que sólo el paso de los años y la experiencia te brindan. Así, mi caparazón se descubre en pausa tras años de acariciar el alcance de un texto soñado. Ahora viene la lectura de revisión... el armonizar el trabajo concluido para llegar a su versión final. A veces se resumen partes, otras veces se desarrollan más algunos apartados, en pos de una consonancia en completud: en aras de la precisión. Pero las primeras versiones son siempre el aliento innato del espíritu de tu ser más profundo. El mostrar tu esencia de la expresión a flor de piel sin otra restricción que la cadencia de tus letras con tu estilo propio. Estoy muy emocionada: ¿qué es la consciencia? es lo que ustedes encontrarán en mi ensayo de ideas filosóficas llamado ELEMENTAL...que espero vea la luz en una publicación algún día cercano.
Y tú...¿te regalas una pausa ante el deleite de un sueño cumplido?
Gracias mágicas
tortugas
por haber
acompañado los
mágicos caminos
de la inspiración
por más de una década.
Amén.
¡Feliz martes!
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