...de colores.
De muchas formas, queridas tortugas, todos somos un sin fin de orugas al nacer que con el paso de la vida florecemos cual mariposas. Hay tantas como personas existen y, así como en la naturaleza, las hay en cada uno de nosotros de todos los colores, formas y tamaños. Nuestros caparazones son así de únicos. Es por eso que es importante aprender a ovillar y tejer cada uno de nuestros días. Y así... tomar una forma bella nunca antes prevista. De tal manera que en el encuentro con el otro: nos sorprendemos a nosotros mismos al quitarnos el velo y dejarnos descubrir por alguien más.
La magia de la vida encierra el secreto del encuentro entre caparazones. Cuidar nuestra guarida en donde cultivamos el alma es menester. Tanto como nuestro cuerpo embellecer con la luz de una sonrisa y el brillo de los ojos. A la espera de un cruce de caminos en donde siempre existe un aprendizaje humano. Y brillar como luciérnagas ahí en donde se descubre un destino de amor cual bella flor.
Es importante nunca perder el romanticismo en nuestras vidas. Sin importar cuál sea nuestra forma de vida y si estamos o no acompañados. El romanticismo puede ser un sueño anhelado o una vivencia cotidiana. En cualquier caso, es como una planta que sólo hecha raíces si la regamos diariamente: al alimentar tierra fresca. Con amor y cuidado por la vida misma.
Nuestro ser orgánico es tan lleno de sorpresas que no debemos descuidarnos de estar siempre en forma para alimentar nuestra guarida anímica de gratas sorpresas. El darnos a nosotros mismos bienestar es una forma digna de vivir más allá de las penurias. Conservar un pequeño lugar para honrarnos a nosotros mismos y mantener la calma de los días, la paz de nuestra mente, la alegría en nuestro corazón y la entereza en nuestro cuerpo.
A pesar de las lágrimas, que todo lo sanan, y gracias al tiempo, que todo lo cura, vivir basta para sonreír. Y sonreír basta para recordar que vivir es un milagro que no podemos dar por sentado. Hablemos hoy de cosas lindas para no renunciar a nuestros sueños de ternura, dulzura, belleza y bondad. Y así: cual mariposas volar. Porque los sueños de amor son lo que le da sentido a nuestra vida.
Y tú... ¿amas soñar?
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