jueves, 31 de enero de 2008

expansión y liberación

Esta mañana despertó con magia de tortuga. Hay etapas para todo, ciclos que se cierran y se abren. Los que postergamos tanto que olvidamos que estaban pendientes. Energías que nos aprisionan u oprimen. Y hay etapas, en cambio, de expansión. Llegadas que nos liberan. Detonadores de las llaves requeridas para abrirnos a la vida. Metas que, al tocarse, nos elevan al cielo. Voces que, al reconocerse, abruman y enmudecen.

Un día, la araña decidió hacer una gran telaraña, parecía misión imposible, pensaban las otras arañas. Pero nuestra amiga no desesperó y poco a poco fue haciendo su gran obra. En el camino, quedaron huecos, heridas tras las caídas, momentos en los que tuvo que empezar todo de nuevo. Días de parálisis total. Dificultades y dudas de todo tipo. Hasta que, al fin, concluyó su recorrido, pudo ver atrás y deleitarse con su gran telaraña. Pudo, entonces, hacer el recuento de los daños, apreciar sus batallas y triunfos, recordar fracasos y enseñanzas, volver dar la cara a todo lo perdido, despedirse de huecos y cicatrices. Para comenzar, como si hubiera renacido, a habitar su manta de luz. Ese espacio bello y propio que le tomó 10 años trazar. Y que, una vez ante sus ojos, la traslada a lugares desconocidos.

Ahora la araña se encuentra exhausta, no sabe por dónde empezar a recorrer su nueva morada. Y sólo le queda un último trazo pendiente... para sólo gozar y con aliento trabajar... para surcir, por última vez, aquellos huecos que fueron desagarrándose en el camino. Como si se expandiera libre en ella misma, sorprendiendo a las arañas a su alrededor y conquistando el mapa de su gemela, el cual calza premonitoriamente con su trazo. Pues nuestra amiga, la araña, siguiendo su letra trazó su imagen, aún sin antes conocerla.



Y tú ¿qué imagen quieres trazar?


Hasta mañana.

No hay comentarios: