lunes, 7 de enero de 2008

latir del corazón

Entre todos los misterios que ocupan nuestra vida, los del corazón son los más indescifrables. Este día lleno de magia de tortuga sólo quiero agradecer por el latir de mi caparazón.

Compitiendo con caricias de letras, ághape y amistad de vida y batalla. Amenazado por palabras soñadas de otro tiempo y el anhelo distante de un abrazo cercano pero, ciertamente, desconocido. El aliento de una nueva voz desnuda mi ilusión y me arrebata al mañana perdido. Tornando letras y palabras en bellos recuerdos, acallando con su viento el eco de los viejos latidos. Así, esta voz deja suspendida mi palabra que sólo con goce recibe su palpitar.

El misterio está en la sincronía de presencias que interrogan a mi caparazón. Lo indescifrable es que, antes que buenas razones o dudas, aparece la certeza de un nuevo presente que con paciente espera recibe la alegría de su voz. Y con su llegada anuncia un tiempo renovado y la partida del ayer.


Y tú ¿qué voz gozas al escuchar?

Hasta mañana.

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