domingo, 20 de enero de 2008

sofía estoica

Este es el cuento de una torre, ni alta ni baja, que soñaba con los placeres de la vida y se imaginaba como una copa de vino. Así, a todos quienes llegaban, algún día a visitarla, les contaba historias de risas y goces. Los motivaba a vivir plenamente, a expresarse libre y creativamente y era una gran fuente de inspiración. Los visitantes se amotinaban para llegar hasta ella, venían de todas partes del mundo y noches enteras esperaban poder entrar y escuchar tan bella filosofía de vida.

Los relatos que con ella compartían recordaban el valor del amor, la alegría del baile, la fuerza de la pasión y la valentía de caballeros con rosas. Con su voz, profunda y acariciadora, entonaba los oídos de sus seguidores y vivía de la dicha de saberse elogiada.

Sumado a todo ello, se oía también, a través de sus palabras, un gusto por la ironía e incluso cierta arrogancia que sólo por tratarse de la torre, ni alta ni baja, se perdonaba. Su sentido del humor era un tanto ácido y, en días de lluvia, abusaba de la burla. Sin embargo, su cinismo era tan encantador que también los excesos se le disculpaban sin esfuerzo. Y era tal su sabiduría moral, que ni su fealdad podía opacar el brillo de su alma bella y creadora.

Un día, llegó a la torre un arpa cantora, entusiasta esperaba juntarse con la torre y entonar felices melodías de fiesta y sofía. Al entrar, trató de hacer sonar su canción y la dureza de la torre, sus muros oscuros y enmohedecidos, no permitían ningún cantó libre escuchar. De tanto intentarlo, el arpa cantora enfermó y llena de furia le gritó a la torre ¿por qué? ¿por qué no dejas que mi música suene? ¿si es la música de tus relatos de vida y amor? ¿si es la música de vino que en tu copa quiere cantar?

No hubo respuesta y el sol, por unos instantes, en la torre se apagó...mientras... ella pensaba... mi querida arpa cantora quién fuera tú. No ves acaso que yo sólo puedo imaginarme siendo una copa de vino, no creo en lo real, sólo en el poder de la imaginación que me hace olvidar que soy una torre, ni alta ni baja. Y tú... vienes aquí desplegando ser sin tener que imaginar, no importa cuánto me den la razón tus canciones, no resisto saber que yo sólo las puedo escuchar cuando tú sin esfuerzo las logras cantar. Si tú supieras... si tú supieras cuánto te amo!!! por ser aquello que yo ni soy ni poseo pero que, sin embargo, conozco y poseo sólo en mi imaginación!!! Si tú supieras que acallo tu melodía porque no quiero odiarte!!!

El arpa camino a su templo de vida y sofía pensaba en la torre, ni alta ni baja, y se decía "si pudiéramos tan solo cantar una canción... ella sería mi amiga y juntas con vino podríamos brindar". Si tan solo la torre supiera que sin sus relatos no habría hallado mi música, si sólo supiera cuánto la amo!!! por ser ese reflejo en contratiempo que le da pauta a las ideas que recorren mis melodías, posee lo que yo tengo pero lo posee de una forma en que yo sola no puedo mirarlo ni alcanzarlo!!! Si supiera que no puedo acallar mis cuerdas porque no quiero odiarla!!!


Y tú ¿cómo quieres odiar?


Buena semana ... llena de luna y amor!!!

MAGIA, HAZAÑA Y LUZ esperan sus solicitudes!!!

Gracias por ser un estoico por naturaleza
que disfruta con la imagen de ser epicúreo
y permitirle a mi tortuga mágica ser epicúrea
por naturaleza y negarse placer
con la imagen de ser estoica.


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