vivencias...

 ...personales.

En cambio, cuando se trata de nuestra vida personal en el sendero de despedir el año, antes de llegar a nuestros nuevos deseos, estos días son para atesorar todo lo que nos hizo felices y despedirnos de todo lo que no nos hizo felices. Recordar los mejores momentos y olvidar los días áridos. Es un tiempo de renovación. Como si nuestra propia vida supiese que algo ha llegado a su fin. De tal manera que nos dispongamos a recibir lo que está por comenzar con los brazos abiertos.

Son tiempos de valorar nuestro crecimiento y descubrir nuestras fortalezas. Lo que sea que hayamos enfrentado nos deja una enseñanza de vida. Confiemos en nuestras experiencias para ser mejores personas cada día. Aprendamos a ser más generosos con quienes nos acompañan. Generosos de alma. Si atravesamos cambios profundos, seamos también generosos con nosotros mismos para recibir los frutos de nuestra transformación. Cultivemos buenos recuerdos para también sentirnos enteros con nosotros mismos. Atesoremos la calma y la serenidad de un tiempo nuevo.

Y tú... ¿qué guardas en ti del 2025?

Hasta mañana

queridas

tortugas.