Vivir requiere cuidados, algunos de ellos nos imponen trabajo. Este esfuerzo es fundamental para mantener en armonía el cauce de nuestras actividades del día, desde los preparativos para comer hasta la limpieza de los rincones de la casa. Lavar los platos una y otra vez. Barrer y barrer, sabiendo que cada mañana nuevamente habrá que desempolvar los mismos lugares una y otra vez. Domesticar nuestro espacio para habitarlo es una labor vital. Es un ejercicio de dominio sobre nosotros mismos. Es, también, un anteponerse al paso del tiempo y adueñarnos, en condiciones no naturales, de nuestro medio natural. Parece ser que sólo bajo condiciones no naturales podemos estar y desenvolvernos. Creando microcosmos alternativos que debemos asear y restituir sin cesar. Como la pecera, ese espacio no natural de agua "estancada" en donde los peces sobreviven, gracias a todos los artificios indispensables para hacer de esta agua oxígeno en movimiento. Un lugar que nos pide, con dedicación, limpiar, periódicamente, todo el sedimento de ese hábitat acondicionado. Con químicos y sales su equilibrio mantener.
A veces pienso que amar es como estar barriendo la pecera. Es una tarea que requiere ser restituida cada día, con artificios se reconstituye un estado que, si bien es el más placentero de todos, es también no natural. Aprisionar en el tiempo lo que fue un encuentro en el fluir. Comprometer las horas y dar de sí, irrumpiendo el equilibrio de cada cuerpo en su permanecer. Generar un tiempo nuevo que, como la pecera, requiere dedicación para la armonía y la dicha preservar. Inventar y forjar un microcosmos que como punto de gravedad reacomoda todas las coordenandas de tu vida individual. Hacer de tu particularidad parte de un todo que te rebasa y condiciona. Una totalidad nueva que requiere desempolvarse cada día, que con el esfuerzo requerido se convierte en universo de vida y completud. Y nos enseña otras maneras de ser en nuestro estado natural. Dimensiones paralelas que nos revelan la magia del tiempo.
Y tú ¿cómo quieres tu tiempo recrear?
Hasta mañana!
MAGIA, HAZAÑA Y LUZ...
A veces pienso que amar es como estar barriendo la pecera. Es una tarea que requiere ser restituida cada día, con artificios se reconstituye un estado que, si bien es el más placentero de todos, es también no natural. Aprisionar en el tiempo lo que fue un encuentro en el fluir. Comprometer las horas y dar de sí, irrumpiendo el equilibrio de cada cuerpo en su permanecer. Generar un tiempo nuevo que, como la pecera, requiere dedicación para la armonía y la dicha preservar. Inventar y forjar un microcosmos que como punto de gravedad reacomoda todas las coordenandas de tu vida individual. Hacer de tu particularidad parte de un todo que te rebasa y condiciona. Una totalidad nueva que requiere desempolvarse cada día, que con el esfuerzo requerido se convierte en universo de vida y completud. Y nos enseña otras maneras de ser en nuestro estado natural. Dimensiones paralelas que nos revelan la magia del tiempo.
Y tú ¿cómo quieres tu tiempo recrear?
Hasta mañana!
MAGIA, HAZAÑA Y LUZ...
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